Las autoridades entregaron tabletas a los habitantes cercanos a la central nuclear «más grande de Europa» debido a los bombardeos de tropas rusas y el riesgo de desastre nuclear. Qué función cumple el medicamento. La visita de la OIEA.
Las autoridades de Ucrania entregaron pastillas de yodo a los vecinos de la central nuclear Zaporiyia, en medio de los temores de una eventual fuga radioactiva debido a los constantes bombardeos por parte de las tropas rusas, que ocupan la planta desde principios de marzo.
En los últimos días Rusia intensificó los bombardeos en Zaporiyia, la localidad ucraniana que alberga la planta nuclear más grande de Europa. Ante la gravedad de la situación y previendo un desastre nuclear, el gobierno local repartió entre los civiles el medicamento que sirve para prevenir casos de cáncer asociados a la contaminación por radiación.
Las píldoras «se están distribuyendo en caso de una futura fuga de radiación», dijo Oleksandr Starukh, el gobernador de la región de Zaporiyia, en declaraciones televisivas. Además, instruyó a los residentes dentro de un radio de 48 kilómetros sobre cómo usar el yoduro de potasio.
Ucrania «teme lo peor» y se prepara ante un desastre nuclear
«Tuvimos el accidente de Chernóbil, la amenaza ya era muy grande, pero sobrevivimos, gracias a Dios. Hoy, la amenaza es total, del 100%», dijo a AFP Kateryna, una jubilada de 68 años que aún sufre problemas de tiroides tras el desastre de 1986. La mujer fue una de las miles de personas que recibieron las tabletas con pastillas de yodo del gobierno de Ucrania, que ya entregó alrededor de 25 mil en la ciudad de Enerhodar.
La pastilla de yoduro de potasio ayuda a bloquear la absorción de yodo radiactivo por parte de la glándula tiroides en caso de una catástrofe nuclear. Su efecto se estima que dura 24 horas. «Se deben tomar las pastillas en caso de peligro, en las primeras seis horas después de una alerta», explicó Elena Karpenko, una enfermera de la ciudad del sur de Ucrania.
«Seis reactores en lugar de uno», añadió Kateryna, refiriéndose a la capacidad de la planta de Zaporiyia, que alberga 6 de los 15 reactores nucleares de Ucrania, en comparación con el único reactor que se dañó en la catástrofe de Chernóbil cuyas devastadoras consecuencias que rigen hasta el día de hoy.
Por otro lado, parte del operativo de preparación ante un eventual desastre nuclear abarca a los simulacros de evacuación de los residentes que están llevando a cabo los servicios de emergencia ucraniano, además de los ejercicios de práctica sobre la descontaminación del polvo radiactivo. En caso de catástrofe, las alarmas sonarán dos veces, con un día de diferencia.
La OIEA visitará Zaporiyia por el «riesgo real de una catástrofe nuclear»
Esta semana está prevista una misión del titular de la Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), para realizar una inspección en Zaporiyia, en medio del fuego cruzado entre Ucrania y Rusia. La misión será encabezada por el director general del organismo, el argentino Rafael Grossi, para quien existe un «riesgo real de una catástrofe nuclear».
En tanto, la central nuclear de dimensiones gigantescas fue uno de los principales objetivo de Rusia desde que invadió Ucrania el pasado 24 de febrero, a tal nivel que la controla desde principios marzo. El alerta máxima en torno a la región fue reactivado en las últimas semanas, luego de que las tropas rusas reforzaran los bombardeos en la ciudad, y en medio de acusaciones cruzadas entre ambos gobiernos, que se enfrentan ante el riesgo de una fuga radioactiva.
«Existen riesgos de fuga de hidrógeno y pulverización de sustancias radiactivas, y el peligro de incendio es alto», indicaron en las últimas horas desde la compañía nuclear estatal ucraniana, Energoatom, que se encuentra todavía evaluando los daños debido a que aseguraron que hubo proyectiles que cayeron cerca de unidades que almacenan combustible para reactores y desechos radiactivos. Por su parte, Moscú aseguró que proyectiles ucranianos habían golpeado el techo sobre «168 ensamblajes de combustible nuclear de la firma Westinghouse».
Fuente: Pérfil