El presidente Javier Milei cerró una cena que la Fundación Faro organizó en el Yacht Club de Puerto Madero de la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de conseguir fondos para La Libertad Avanza (LLA). Allí formuló un discurso cargado de exabruptos e insultos dirigidos a sus adversarios ideológicos, tras esto fue denunciado en la Justicia por incitación a la violencia. La presentación judicial fue realizada por la abogada Valeria Carreras. En el evento, el Presidente manifestó: «Sí, soy cruel, kukas inmundos. Soy cruel con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que le rompen el culo a los argentinos de bien».
En su escrito, la abogada consideró que la expresión «kukas inmundos», además de ser una agresión personal, «categoriza y degrada a un grupo de ciudadanos por su ideología política, incentivando la discriminación y el odio». En cuanto a los «gastadores y empleados públicos», Carreras señaló que las expresiones del mandatario «denotan una generalización negativa hacia personas que desempeñan funciones públicas, despreciando su labor y contribuciones». «Denotan un desprecio hacia sus derechos laborales y su papel en la sociedad, socavando así el respeto que deben recibir como ciudadanos», agregó la abogada.
La denuncia reaviva el debate sobre los límites de la libertad de expresión cuando se ejerce desde una posición de poder. ¿Puede un presidente referirse a un sector de la sociedad como “parásitos mentales” sin consecuencias institucionales? Para Carreras, la respuesta es no. El caso quedará ahora en manos de la Justicia, que deberá determinar si los dichos de Milei encuadran en el delito de incitación a la violencia.