La ciudad neozelandesa de Auckland comenzó este lunes un confinamiento por tres días. Las autoridades del país decretaron que 2 millones de personas deberán permanecer en sus casas para así contener el primer brote que detectaron de la variante británica del coronavirus, que es altamente contagiosa.
La primera ministra Jacinda Ardern ordenó el confinamiento de 72 horas en Auckland después de que se descubriera que tres miembros de una familia estaban infectados en la ciudad, la más grande del país oceánico.
Las escuelas y los comercios no esenciales fueron obligados a cerrar y se prohibió a los residentes salir de la ciudad salvo para comprar alimentos y atender alguna otra necesidad esencial.
El Ministerio de Salud local informó que la secuenciación realizada a partir de las muestras de la familia demostró que dos de los casos estaban causados por la variante que se detectó por primera vez en el Reino Unido, mientras que todavía no se conocen los resultados de la tercera persona.
«Este resultado refuerza la decisión de tomar medidas rápidas y contundentes en torno a los últimos casos para detectar y erradicar la posibilidad de cualquier otra transmisión», resaltó la cartera sanitaria en un comunicado.
Se trata del primer confinamiento en Nueva Zelanda en casi seis meses. A fines de octubre del año pasado, el ministerio de Salud levantó el aislamiento al dar de alta al último paciente con coronavirus. El país había entrado en confinamiento en agosto después de 102 días sin casos de covid-19.
La administración de Ardern -quien consiguió la reelección el año pasado- fue elogiada por su gestión de la pandemia: registró solo 25 muertes en una población de cinco millones de personas.
El resto del país fue puesto en un nivel de alerta más bajo, con la obligación de llevar tapabocas en el transporte público y reuniones limitadas a un máximo de 100 personas.