El músico que ganó dos Premios Oscar por componer bandas sonoras habló de todo: sus clases en la escuela TAI de Madrid, el Presidente argentino y la necesidad de “ser creativos sin miedo y sin inhibiciones”.
“Aprender a trabajar sin inhibiciones y sin miedo al error” es uno de los objetivos que Gustavo Santaolalla, ganador de dos premios Óscar por sus bandas sonoras, quiere trasladar en un curso que imparte en la escuela TAI de Madrid.
En una charla, el compositor argentino define este proyecto como una forma de mostrar una “conexión profunda entre imagen, sonido y música” a partir de la creación de cortometrajes inspirados por pasajes sonoros e imágenes registrados en lugares característicos de Madrid.
El Parque del Retiro, el Mercado de la Cebada o el Palacio de Correos se han convertido así estos días en fuente de inspiración de jóvenes creadores, una idea que Santaolalla tenía en mente desde hacía tiempo y para el que finalmente consiguió el “apoyo” de la escuela madrileña.
La “contemplación y el silencio” forman parte del modo de trabajar del músico como algo “orgánico”, un punto de partida para desarrollar su trabajo y sus enseñanzas. Así define él mismo su carrera como compositor de bandas sonoras.
“Siempre me interesó mucho la producción, así que todo nació de manera muy orgánica, era algo que estaba dentro de mí”, comenta respecto a sus orígenes en el cine.
Luego, a través de su relación con el director mexicano Alejandro González Iñárritu acabó con su reconocimiento con dos Óscar consecutivos de la Academia de Hollywood por su trabajo en Brokeback Mountain y Babel.
“No fue algo buscado, fueron proyectos que confluyeron y, al cabo de dos años, tenía un Óscar y estaba trabajando con Ang Lee”, rememora.
Curiosamente su trabajo más recientemente celebrado viene del mundo de los videojuegos: su aportación a la saga de The Last of Us, un universo del que destaca lo “apasionados” que son los fans de su trabajo en esta franquicia llevada hace poco a la televisión.
Para Santaolalla es este un arte que se ajusta a su forma de trabajar, consistente en componer la música sobre el guion, en lugar de sobre secuencias ya rodadas, y que además le ha reportado “unas satisfacciones increíbles”.
En ese sentido, confiesa que hay partes del juego que fueron añadidas a raíz de su música, al ser uno de los procesos iniciales en el proceso de creación de videojuegos.
El argentino ha reflexionado asimismo sobre la situación cultural “pésima” que se vive en su país con la llegada de Javier Milei al poder, del que destaca su “actitud destructiva hacia la cultura”, en lo que define como un “experimento de las élites”.
Fuente: EFE