Tenía 23 años y había emigrado de pequeña junto con su familia.
Una joven psicóloga de nacionalidad argentina murió tras ser atropellada por un automovilista cerca de la ciudad de Barcelona, donde residía desde pequeña.
Según se conoció en las últimas horas, el accidente fatal se produjo el pasado 23 de agosto a las 19:30 en las afueras de la ciudad española y tuvo como víctima a Julieta Koen Arnaldo.
La joven, nacida en la localidad bonaerense de Don Torcuato, salía de un gimnasio de la localidad de Stiges y cruzaba una ruta, cuando fue atropellada por un auto Audi, que sus familiares y allegados aseguran que circulaba a gran velocidad.
«Cuando estaba por cruzar la carretera que une a Sitges con el municipio de San Pedro de Ribas, un auto a más velocidad de la permitida la impactó. Mi hija dio dos vueltas», relató Pablo Koen al portal de La Nación el padre de la chica.
El hombre de 74 que conducía el Audi fue detenido por un motociclista y actualmente permanecía libre. «El individuo venía en un Audi A4 y cuando se bajó y tomó dimensión de lo sucedido, empezó a putear (sic) a mi hija», contó el padre. «Se quería salvar el culo (sic)», agregó con rabia.
El hombre se comunicó con sus hijos, que residen a uno 200 metros del lugar del accidente, uno de los cuales se dio cuenta acerca de la gravedad de lo ocurrido.
Una enfermera que pasaba en otro auto le dio las primeras atenciones a la joven, que se encontraba muy grave.
Fue trasladada después a un hospital, donde a las 24 horas se determinó que Julieta tenía muerte cerebral. Los padres, actualmente separados, decidieron donar los órganos tras algunas deliberaciones.
El hombre de 74 que conducía el Audi fue detenido por un motociclista y actualmente permanecía libre.
«El individuo venía en un Audi A4 y cuando se bajó y tomó dimensión de lo sucedido, empezó a putear (sic) a mi hija», contó el padre. «Se quería salvar el culo (sic)», agregó con rabia.
El hombre se comunicó con sus hijos, que residen a uno 200 metros del lugar del accidente, uno de los cuales se dio cuenta la gravedad de lo ocurrido.
Una enfermera que pasaba en otro auto le dio las primeras atenciones a la joven, que se encontraba muy grave.
Fue trasladada después a un hospital, donde a las 24 horas se determinó que Julieta tenía muerte cerebral.
El conductor no sufrió por el momento ninguna medida: no fue incautada su licencia, ni su auto Audi A4. «Ni siquiera tuvo la dignidad de comunicarse conmigo para ofrecerme las
correspondientes condolencias. No sé ni cómo se llama. Y yo no suelo ser rencoroso. Pero no pienso perdonarlo nunca», sostuvo Pablo.
NA