De acuerdo a lo informado por el Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus, esta recuperación se debe a una ola de calor.
«El vórtice polar se dividió, permitiendo la irrupción de aire rico en ozono en el Ártico, un ciclón persistente a gran escala en la zona ubicado en la media y alta tropósfera y la estratósfera», explicaron desde la cuenta de Twitter de Copernicus.
Un fenómeno ocurrido a fines de marzo permitió el descubrimiento: se detectó en el Polo Norte un agujero enorme en la capa de ozono, el gas que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta del sol. El hallazgo fue inédito por su tamaño, ya que se habían encontrado «mini agujeros» en esa zona.
De acuerdo a los científicos, las temperaturas gélidas de la estratósfera hicieron que caigan los niveles y se abra este agujero sobre el Ártico, como ocurre desde hace muchos años en la Antártida.
En general, las temperaturas mínimas del Ártico son menores que en la Antártida porque no alcanza niveles extremos. Sin embargo, este año, unos vientos alrededor del Polo Norte atraparon aire frío, fenómeno conocido como «vórtice polar». La pérdida de este gas llegó al 30% en la vertical del Polo Norte con temperaturas abajo de los -80°.
La estratósfera en la zona del Ártico es muy cálida y el vórtice polar muy inestable como para que se den esas condiciones. El agujero de la capa de ozono en el área de la Antártida aumentó desde hace décadas por las emisiones industriales que destruyen el ozono.
(Fuente Filo News)