Estar sentado o recostado y rebotar constantemente el pie puede alterar las actividades diarias e interrumpir el descanso. Expertos describen esta condición que hoy celebra su Día Mundial.
El síndrome de piernas inquietas (SPI) es una afección del movimiento que provoca una fuerte necesidad de mover las piernas cuando se está en reposo, ya sea sentado o acostado.
Esta condición, que hoy celebra su Día Mundial, también es conocida como la enfermedad de Willis-Ekbom, que puede comenzar a cualquier edad y generalmente empeora con los años. Además, puede interrumpir el sueño, lo que interfiere en las actividades diarias.
La persona que lo padece puede sentir sensaciones como picazón, tirón, hormigueo o palpitaciones. Y si bien no existe una cura para hay tratamientos disponibles.
Según expertos de la Clínica Cleveland, el SPI es una afección cerebral, nerviosa y del sueño que provoca una necesidad fuerte y casi irresistible de mover las piernas que se alivia al menos parcialmente con el movimiento. Los síntomas son más comunes cuando el cuerpo está en reposo por la noche y la necesidad de moverse constantemente puede interferir con su capacidad para relajarse o conciliar el sueño.
También explicaron que existen dos tipos de síndrome de piernas inquietas
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1-Inicio temprano: el diagnóstico ocurre antes de los 45 años, generalmente aparece en los antecedentes familiares biológicos y la afección progresa lentamente.
2-Inicio tardío: el SPI progresa más rápidamente y el diagnóstico se produce después de los 45 años.
Según los datos recopilados por la institución médica, las estadísticas indican que entre el 7% y el 10% de la población de Estados Unidos tiene el síndrome de piernas inquietas. Es más común entre caucásicos, mujeres y personas a las que se les asignó sexo femenino al nacer. Su riesgo de desarrollarlo aumenta a medida que envejece.
Síntomas y causas
Según explican especialistas de Mayo Clinic, el principal síntoma es la necesidad de mover las piernas y las características acompañantes comunes del síndrome de las piernas inquietas incluyen, entre otras:
-Sensaciones que comienzan durante el descanso. Por lo general, la sensación comienza después de haber estado acostado o sentado durante periodos prolongados (por ejemplo, en un automóvil, en un avión o en el cine).
-Alivio con el movimiento. La sensación del síndrome de las piernas inquietas disminuye con el movimiento, como estirar las piernas, sacudir las piernas, pasear o caminar.
-Los síntomas empeoran por la noche. Los síntomas aparecen principalmente de noche.
-Movimientos involuntarios en las piernas por la noche. El síndrome de las piernas inquietas puede estar asociado a otra afección más común llamada movimiento periódico de las extremidades durante el sueño, que hace que muevas las piernas y patees, posiblemente durante la noche, mientras duermes.
La gente suele describir los síntomas del síndrome de las piernas inquietas como sensaciones intensas y desagradables en las piernas o los pies. Suelen ocurrir en ambos lados del cuerpo. Con menor frecuencia, estas sensaciones se presentan en los brazos.
Las sensaciones, que generalmente ocurren más bien dentro de la extremidad que sobre la piel, se describen como: cosquilleo, hormigueo, tirones, sensación pulsátil, dolor, picazón, sensación de choque eléctrico.
“A veces, las sensaciones son difíciles de explicar. Las personas con síndrome de las piernas inquietas no suelen describir la afección como un calambre o entumecimiento muscular. Sin embargo, es frecuente que la describan como un deseo intenso de mover las piernas. Es frecuente que los síntomas varíen en cuanto a la intensidad. A veces, los síntomas desaparecen por periodos de tiempo y luego vuelven a aparecer”, precisaron los expertos de Mayo Clinic.
Y completaron: “Si experimenta estos desencadenantes o los usa o toma antes de descansar o acostarse, es más probable que desencadenen sus síntomas. Además, la falta de sueño puede provocar un empeoramiento de los síntomas. Esto significa que sus síntomas pueden desencadenar un empeoramiento de los síntomas. Si necesita ayuda para identificar qué desencadena sus síntomas, hable con su médico personal”.