El peronismo, considerado por dirigentes propios y ajenos como «desarmado» tras la derrota electoral en manos del ahora presidente Javier Milei, atraviesa un período de cambios mientras afina la búsqueda de sus nuevos líderes a nivel nacional. Entre los nombres surge el del gobernador de La Rioja Ricardo Quintela, quien lidera la resistencia de las provincias contra la gestión de La Libertad Avanza y aspira a encabezar el Partido Justicialista (PJ) que pronto lanzará la carrera para la definición de sus nuevas autoridades.
Su status como el único gobernador que confrontó al jefe de Estado en la Justicia con la presentación de un recurso ante la Corte Suprema para declarar la inconstitucionalidad del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) promulgado por el Ejecutivo nacional posiciona al dirigente cuyano como una de las más importantes figuras del peronismo de cara a la nueva etapa que se abre en la política nacional tras el triunfo de Milei y el retiro de algunos de los principales nombres que reinaban en el PJ.
Tal fue la suerte del expresidente Alberto Fernández, quien todavía tiene a su cargo la titularidad del histórico cuadro peronista pese a su radicación en España tras la entrega de mando el 10 de diciembre último. No son pocos los dirigentes del espacio que piden su renuncia, tanto por el rendimiento de su gobierno como por su virtual retirada de la política argentina: «No está ejerciendo la presidencia, no está en el país. No creo que se ofenda si conformamos una mesa que conduzca».
En este marco, Quintela ha logrado elevar su reconocimiento entre los gobernadores y demás referentes del PJ en un contexto en el que otros mandatarios provinciales, como Gildo Insfrán (Formosa), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Sergio Ziliotto (La Pampa) permanecen «guardados» en sus distritos, y otras figuras como Axel Kicillof (Buenos Aires) acumulan cierto desgaste por la exposición pública y, a su vez, adversarios en otros sectores del peronismo.
En principio, el plan del dirigente riojano es protagonizar la resistencia contra el gobierno de Milei y ubicarse entre las cabecillas del Justicialismo federal, preferentemente como un referente para la escena política de su provincia y del resto del «Interior» del país. Así comienza a afianzarse como uno de los candidatos en la puja por la presidencia del espacio, o al menos por una de las sillas en una eventual nueva «mesa» de conducción partidaria.
A su favor se encuentra la presentación que realizó ante la Corte Suprema de Justicia por la «inconstitucionalidad» del DNU de Milei. «Nos plantean irónicamente que ‘no la vemos’, pero lo único que vemos es que hay más pobreza, hambre, desesperación y mayores dificultades para que la gente alcance el nivel de vida que tenía. Todas las decisiones que ha tomado el presidente benefician a un espacio muy reducido de la población argentina, una élite que concentra el poder económico, mediático y político», consideró al respecto.
Otro tanto ocurre en el frente riojano, donde el peronismo afronta el crecimiento de una nueva figura opositora: el titular de la Cámara de Diputados Martín Menem, quien ya fue candidato a gobernador de la provincia y busca comenzar a edificar su proyecto desde el Congreso de cara a una eventual postulación en 2027, como lo hiciera su tío, el expresidente Carlos Saúl Menem, antes de convertirse en primer mandatario.