«Intentaré asesinar a la reina Isabel», dijo el joven Jaswant Singh Chail, de 20 años, antes de trepar los muros del Castillo de Windsor. Ahora será juzgado bajo una ley de 180 años de antigüedad.
aswant Singh Chail, el hombre que irrumpió armado con una ballesta en el Castillo de Windsor, residencia de la reina Isabel II de Inglaterra, fue acusado en virtud de la Ley de Traición de 1842, establecida hace 180 años y que se usó por última vez hace más de 40.
«El señor Chail, de 20 años, ha sido acusado de amenazas de muerte, posesión de un arma ofensiva y un delito en virtud de la Ley de traición de 1842», anunció Nick Price, jefe de la división especial contra el terrorismo y el crimen del Servicio de Fiscalía de la Corona.
Son muy raros los enjuiciamientos bajo la ley de traición, que tipifica como delito agredir al monarca, o tener un arma de fuego o un arma ofensiva en su presencia con la intención de herirlo, asustarlo o causar un quebrantamiento de la paz.
El pasado 25 de diciembre, Jaswant Singh Chail, de 20 años, oriundo de Southampton, escaló uno de los muros del castillo de Windsor con el objetivo de herir o asustar a la reina Isabel II mientras blandía el arma.
La monarca estaba en el castillo con su hijo mayor, el príncipe Carlos, su nuera Camilla y otros familiares cuando ingresó Chail, que ahora está bajo custodia y deberá presentarse ante el Tribunal de Magistrados de Westminster el 17 de agosto.
La policía británica dijo que Chail fue acusado de un delito en virtud de la sección 2 de la Ley de traición, es decir “disparar o apuntar armas de fuego, o lanzar o usar cualquier objeto o arma ofensiva, con la intención de herir o alarmar a Su Majestad”.
Los fiscales agregaron que Chail había sido acusado de “estar cerca de la persona de la reina, producir deliberadamente una ballesta cargada con la intención de usarla para herir a la persona de Su Majestad”.
Chail también fue acusado de amenazas de muerte en virtud del artículo 16 de la Ley de delitos contra las personas (de 1861) y posesión de un arma ofensiva en virtud del artículo uno de la Ley de prevención del delito (de 1953).
En un video que publicó en Snapchat minutos antes de ingresar en el castillo, Chail apareció con ropa negra, una capucha que le cubría el rostro y una ballesta y dijo: «Siento lo que he hecho y lo que voy a hacer. Intentaré asesinar a la reina Isabel».
Con referencias a la saga de ‘La Guerra de las Galaxias’, el acusado se presentó como un indio sij y dice que buscaba «venganza» por una masacre cometida en 1919 por las tropas británicas contra manifestantes en la India.
Qué es la Ley de Traición británica
Es extremadamente raro que se presenten cargos en virtud de la Ley de Traición, que fue aprobada por el Parlamento inglés en 1842, después de que dos hombres intentaran matar a la reina Victoria (1837-1901).
El primer ataque fue perpetrado por John Francis, quien apuntó a la joven monarca -que tenía entonces 23 años- pero no disparó mientras ella viajaba en un carruaje por la céntrica avenida londinense The Mall y no pudo ser detenido.
La reina volvió a salir al día siguiente en un carruaje para que la policía pudiera encontrar a su posible asesino, que se sospechaba volvería a atacar. Esta vez, Francis sí disparó antes de ser detenido por policías de civil que se mezclaron con la multitud.
Poco después, John William Bean disparó contra la reina Victoria, pero solo estaba cargada con papel y tabaco y fue detenido y llevado ante los tribunales.
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Los dos hombres debieron ser condenados en virtud de la Ley de Traición de 1351, que castiga con la muerte a quien ataque al monarca.
La última persona condenada en virtud de esa ley fue William Joyce, también conocido como ‘Lord Haw-Haw’, un partidario del nazismo que colaboró con Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Joyce fue capturado por el ejército británico en mayo de 1945 y ahorcado en la prisión de Wandsworth en enero de 1946, por lo que se convirtió en la última persona en ser ejecutada por traición en Gran Bretaña.
El príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, sintió que la pena de muerte era un castigo demasiado severo para los dos tiradores, por lo que alentó a los parlamentarios a aprobar una ley que se ajuste a los delitos menores contra el monarca, como intentar alarmar o herir, y se creó un nuevo delito menos grave.
La Ley se utilizó por última vez en 1981, cuando Marcus Sarjeant fue detenido durante cinco años, acusado de “traición”, después de que disparó balas de fogueo a contra el caballo de la reina mientras ella cabalgaba en un desfile militar en el centro de Londres.
Sarjeant, que en ese momento tenía 17 años, fue detenido por un soldado y la policía antes de ser arrestado y acusado, y aunque la reina Isabel II logró controlar a su caballo y continuó con el recorrido hacia el palacio de Buckingham.
Fuente: Pérfil