Se trata de Pablo Grillo, fotógrafo salvajemente agredido en la cabeza por un cartucho de gas lanzado certeramente por la policía. Ahora está en el hospital Ramos Mejia.
El reportero gráfico tiene múltiples fracturas y pérdida de masa encefálica. Peligra su vida.
Anoche, cientos de manifestantes realizaron un cacerolazo.