El equipo de Demichelis es cómodo líder, pero le aparecieron dudas tras el 1-5 ante Fluminense. El conjunto de Almirón llegaba a los tumbos, aunque se fortaleció con sus triunfos ante Racing y Colo Colo.
Este domingo los ojos estarán puestos en la nueva edición del superclásico del fútbol argentino que van a protagonizar River y Boca desde las 17:30 en el estadio Monumental por la fecha 15 de la Liga Profesional. Más allá de los números -partido más, partido menos– en donde el Xeneixe mantiene una cómoda ventaja en el historial (91 a 84 en encuentros oficiales), lo cierto es que este encuentro va a ser determinante en varios aspectos, donde no solo va a pesar lo estadístico.
A los dirigidos por Martín Demichelis, el triunfo le será útil para reafirmar el pleno liderazgo en la tabla de posiciones y sobre todo para reponerse anímicamente del último golpazo sufrido en Brasil ante Fluminense por 5 a 1. Para los conducidos por Jorge Almirón, en cambio, los tres puntos implicarían una ratificación de esta levantada que comenzó en cancha de Boca, en el partido por Copa Libertadores en el que se impuso 2 a 1 ante Deportivo Pereyra, y acortarían la distancia de 16 unidades que lo separan del actual líder del torneo, con miras a mantenerse competitivos en el torneo doméstico.
“Favoritismo en los clásicos no hay. Históricamente jugué clásicos y creo que la actualidad se olvida en esos partidos. Ese partido te puede sacar la mala racha y dejarte tranquilo”, dijo Antonio Alzamendi, histórico exjugador uruguayo que vistió la camiseta de River – responsable del gol al Steaua Bucarest que terminó con la Copa Intercontinental para los Núñez – a Madero Sport. Y también hizo algunas consideraciones sobre el desempeño Millonario: “Me gusta como juega River. El 5-1 con Fluminense se da en la previa, pero eso no quiere decir que el equipo esté mal. Es difícil jugar con los brasileros, ellos están mucho más fuertes que los demás. Lo de River no lo tomo como una tragedia”.
Los dirigidos por Demichelis buscarán recuperar la memoria de los partidos previos al empate con Atlético Tucumán y sostener los motivos que indican que de los últimos seis partidos que jugaron solo sufrieron una derrota. A juzgar en lo táctico, la vuelta de Enzo Díaz a la línea defensiva suma proyección ofensiva, la jerarquía de Franco Armani – cabe destacar que en el torneo local estuvo 744 minutos sin que le conviertan un gol, hasta el partido que igualaron 1 a 1 con El Decano – le da confianza a los hinchas (quienes suelen retribuirlo desde las tribunas al grito de “Pulpo, Pulpo”), vuelve Enzo Pérez a su rol de caudillo, la creatividad de tres cuartos de cancha para delante está en el buen pie de Nacho Fernández y en ofensiva se alistan dos nombres que justifican su titularidad fecha a fecha: Esequiel Barco y Lucas Beltrán, la carta fuerte en ofensiva.
Por el lado de Boca, cuando todo parecía insinuar que Almirón no iba a permanecer por más de tres partidos como entrenador y con los hinchas al borde del hartazgo, empezó a asomar la luz al final del túnel y le dan sentido a la palabra resiliencia. En su última victoria ante Colo Colo por 2 a 0 en condición de visitante, impuso un ADN de juego que desde hacía tiempo no se veía y se iluminó una frase con la que suelen explicarlo todo: “esto es Boca”. El equipo se mantuvo aguerrido hasta el final, con solidez defensiva y mostró algunas opciones estratégicas insospechadas. Por ejemplo, el cambio posicional de Luis Advincula que lo sacó de su lugar natural como lateral derecho y lo ubicó como extremo por esa misma banda.
El peruano ya marcó dos goles. El último fue el zurdazo que dejó desairado al arquero del equipo chileno, que abrió el marcador y expuso serios fundamentos sobre su función de wing. La apuesta de Almirón caló en el actual técnico de la selección Blanquirroja, Juan Reynoso, quien ya analiza utilizarlo en esa posición a partir de las próximas convocatorias. “Lo de Lucho, su jerarquía y madurez, hoy se refleja en sus actuaciones positivas con Boca, ha tenido campeonatos. Es un jugador que a su edad (33 años) está súper concentrado. Siempre se le bromea en la selección, que él es más zurdo y más confiable que con su derecha. Ya lo demostró”, dijo Reynoso en entrevista con Depor de Perú.
La presencia de Valentín Barco, el joven lateral que sorprendió a todos, es otra de las atracciones fuertes para este domingo porque le da mayor ímpetu al ataque y su pie izquierdo puede ser una seria arma ofensiva a la hora de colocar la pelota en el área de Armani. Otra figura que no deja de ser un dolor de cabeza para el Millonario es Sebastián Villa –quien está a la espera del fallo de la justicia por su causa de violencia de género–. El delantero colombiano fue el autor del gol en el triunfo por 1 a 0 del último superclásico que se jugó en el Monumental, aquel 20 de marzo de 2022, después del horror defensivo de Leandro González Pírez. Viene de convertirle el segundo gol a Colo Colo y desahogarse del asedio de casi seis meses sin mandar la pelota al fondo de la red.
“Queremos mejorar, está claro. Pero tengamos confianza. Estos tres años han sido muy buenos. Hemos ganado casi siempre. A nuestro clásico rival hasta le hemos ganado con la camiseta amarilla”, dijo Juan Román Riquelme en sus últimas declaraciones y con sutileza le puso condimento a la previa al partido. Y aprovechó para aclarar los motivos de su vuelta al Xeneize: “Estaba cansado de ver al de enfrente (por River) pasarla bien. Hoy, después de tres años, siento que las cosas fueron más rápido de lo que imaginé. En tres años somos el club que más títulos ganó”.
Ojalá River y Boca den un buen espectáculo, alegren los corazones futboleros y justifiquen esas más de dos horas que la gente va a pasar frente a los televisores, computadoras o radio. Ya lo dijo Alfredo Di Stéfano: “Un partido sin goles es como un domingo sin sol”.
Fuente: Página 12