El presidente suspendido de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, anunció este domingo su dimisión por el escándalo del beso no consentido a Jenni Hermoso tras el triunfo de la selección de su país en el Mundial femenino.
«Voy a hacerlo [dimitir], sí, porque no quiero continuar mi trabajo», dijo Rubiales en una entrevista en el programa de televisión británico Piers Morgan Uncensored. «Mi familia y amigos me dicen que tengo que centrarme en mi dignidad y continuar con mi vida, si no haré daño a la gente que quiero y al deporte que amo», apuntó.
La prensa española se hizo eco poco después de una carta en la que dijo que ya transmitió oficialmente su renuncia al presidente en funciones de la RFEF, Pedro Rocha.
«Hoy he transmitido a las 21h30 [19h30 GMT] al presidente en funciones, D. Pedro Rocha, mi renuncia al cargo de presidente de la RFEF. También le he informado de que he hecho lo mismo con mi cargo en UEFA, para que mi puesto en la vicepresidencia pueda ser sustituido», empieza Rubiales en ese texto.
«Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de los procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español. Entre otras cosas porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta», continúa.
Rubiales insiste en que con su marcha quiere contribuir a la tranquilidad del fútbol español y a la fortaleza de la candidatura de España, Portugal y Marruecos al Mundial de 2030.
«No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», asegura.