Rusia anunció este martes la segunda fase de su guerra en Ucrania, centrada en la «liberación completa» del Donbass prorruso, una operación que incluye el asalto final a la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol, último reducto de una resistencia ucraniana que Moscú califica de «batallones nacionalistas» y «mercenarios extranjeros». El canciller ruso Serguei Lavrov aseguró que, en esta etapa de la invasión, su país considera la opción de utilizar solamente armas convencionales y agregó que el Kremlin no tiene la intención de reemplazar a las autoridades ucranianas. El Ejército ruso realizó decenas de bombardeos en el este de Ucrania, en una «nueva fase» de una guerra que ha dejado miles de muertos y que le valieron al presidente Vladimir Putin la amenaza de nuevas sanciones occidentales.
La operación rusa avanza en el Donbass
«La operación en el este de Ucrania tiene como objetivo, como ya se anunció, la liberación completa de las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Esta operación continuará, la siguiente fase de esta operación especial está empezando», dijo este martes Serguei Lavrov. Según el canciller ruso, en esta etapa Rusia considera la opción de utilizar sólo armas convencionales.
Además, Lavrov aseguró que Moscú no tiene la intención de remover a las actuales autoridades ucranianas. «Hemos dicho muchas veces que queremos que los ucranianos decidan por sí mismos cómo prefieren vivir«, aseguró.
Para Ucrania la gran ofensiva rusa por el Donbass empezó ya el lunes, tal y como señalaron por la mañana el gobernador regional de Lugansk, Serguei Gaidai, y poco antes de la medianoche el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Pero en medio del silencio ruso, que da pocos detalles de la llamada «operación militar especial», Lavrov fue el primer alto cargo en confirmar por parte de Rusia la gran ofensiva justo 21 días después de la retirada de las tropas del norte y el nordeste de Ucrania.
Tres semanas para reagruparse
Rusia necesitó todo este tiempo para reagrupar sus fuerzas y enviar nuevos grupos tácticos de batallón al este ucraniano, y también al sur, así como equipamiento de artillería, apoyo aéreo y sistemas de mando y control. «Nos defenderemos. Pelearemos. No entregaremos nada de Ucrania», dijo Zelenski, quien propuso a la Rada Suprema prolongar un mes la ley marcial, hasta el 25 de mayo. «Estoy agradecido a todos nuestros combatientes, a todas nuestras ciudades heroicas en el Donbass, Mariupol, así como a las ciudades de la región de Jarkov que están resistiendo, defendiendo el destino de toda Ucrania y repeliendo las fuerzas invasoras», advirtió el mandatario ucraniano.
En tanto el jefe de la Administración Regional Militar, Oleg Siniegubov, expresó: «La intensidad de los bombardeos en Jarkov ha aumentado. Por ello, pedimos a los vecinos de la ciudad que permanezcan en los refugios tanto tiempo como sea posible y que no salgan a la calle si no es absolutamente necesario». En la región de Jarkov, que lleva siendo bombardeada desde el inicio de la ofensiva militar rusa, al menos tres personas fallecieron y otras 21 resultaron heridas en ataques contra zonas residenciales, de acuerdo a las autoridades ucranianas.
«¡Váyanse de Lugansk!»
El recrudecimiento de los bombardeos en el Donbass llevó a las autoridades ucranianas a suspender por tercer día consecutivo el despliegue de corredores humanitarios seguros. Pese a la ausencia de estas vías, las autoridades locales instaron a los civiles a huir de la zona. «¡Váyanse!», dijo el gobernador Gaidai, quien el lunes señaló combates «incesantes» en varias ciudades y la pérdida de la pequeña ciudad de Kreminna, a unos 50 kilómetros de Kramatorsk, la capital de facto del Donbass aún bajo control de Kiev.
En la región de Lugansk hay ataques masivos y más bombardeos aéreos que antes «en toda la línea de defensa», dijo Gaidai. «Váyanse a regiones seguras de Ucrania. Ahora tienen la oportunidad de escapar. Cada día que pase las posibilidades se reducirán», instó el gobernador a los habitantes, después de que «miles» de los 20 mil habitantes de la ciudad de Kreminna no lograran huir antes de que el lunes los rusos tomaran la ciudad.
Este martes algo más de cien civiles fueron evacuados de la región de Lugansk, pero aún quedan unos 70 mil habitantes que no lo han hecho según las autoridades locales. Solo quedan dos hospitales operativos, en Severodonetsk y Lysychansk, y «es imposible contar el número de civiles asesinados» porque muchos cuerpos se encuentran tirados en las calles sin poder ser recogidas por el continuo bombardeo, dijo Gaidai.
la situación sigue siendo especialmente crítica en Mariupol, donde resistirían en la planta metalúrgica de Azovstal un número indeterminado de militares y al menos mil civiles en los refugios subterráneos de la planta, en su mayoría mujeres con niños, según la alcaldía. El vocero de las milicias prorrusas de Donetsk, Eduard Basurin, afirmó este martes que empezó el asalto a la fábrica.
«Hasta donde yo sé, algunos grupos de asalto, seleccionados especialmente para esa misión, ya han comenzado su labor y nos ayuda en ello la Federación de Rusia con su aviación y artillería», dijo Basurin. El Servicio de Seguridad de Ucrania aseguró tras interceptar una conversación del Ejército ruso que éste quiere «borrar de la faz de la tierra» la planta metalúrgica con «sorpresas de tres toneladas (de bombas) desde el cielo».
Un nuevo ultimátum ruso
Antes del anunciado asalto final, Rusia dio a los «batallones nacionalistas» del regimiento de Azov y a los supuestos mercenarios dos horas para rendirse, «teniendo en cuenta la situación catastrófica que se ha producido en la planta metalúrgica, además de guiarse por principios puramente humanitarios». A todos los que depongan las armas «se les garantiza la conservación de la vida», afirmó el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, el general Mijail Mizintsev, quien consideró «información falsa» diseminada por Kiev que haya civiles en la fábrica.
Al contrario, Mizintsev recordó que «la detención forzosa de la población civil como ‘escudo humano’ es terrorismo» y sus autores en Azovstal son «criminales de guerra y terroristas». Llegada la hora planeada por Rusia para que los defensores salgan de la ciudad, Mizintsev anunció unilateralmente un «cese de toda acción militar» y la apertura de tres corredores humanitarios con decenas de colectivos y ambulancias para la salida de los armados, que por ahora no han dado señales de querer rendirse.
Fuente: Página 12