Presentado por Rexona, el relevamiento detectó que una gran cantidad de habitantes en el territorio nacional se sienten cohibidos al comenzar a practicar un deporte
En un mundo donde el sedentarismo se convirtió en una preocupación creciente, especialmente en países como Argentina, la importancia de la actividad física se vuelve cada vez más relevante.
Consciente de esta realidad, Rexona llevó a cabo un estudio para comprender mejor las razones que motivan o impiden a los habitantes del territorio nacional hacer ejercicios. Los resultados son reveladores y abren un debate necesario sobre cómo la sociedad influye en la práctica deportiva en general.
Argentina, conocida por su pasión por el deporte, enfrenta un contraste marcado: aunque 9 de cada 10 personas consideran importante hacer actividad física, el país se encuentra entre los 20 más sedentarios del mundo, según un estudio de la OMS.
Este dato refleja la disonancia entre la percepción y la práctica real del ejercicio en la población. Por eso, Rexona se propuso indagar más profundamente en esta problemática, enfocándose especialmente en las generaciones más jóvenes, quienes, paradójicamente, muestran una menor tendencia a moverse.
El estudio, realizado por Fresh Research, destaca que una de las principales barreras para la actividad física entre los jóvenes argentinos es el miedo al juicio ajeno.
Esta inseguridad, combinada con la falta de motivación, afecta a casi la mitad de la Generación Z, lo que les impide dar ese primer paso hacia una vida más activa. Es un problema que se agrava en personas con alguna discapacidad, quienes experimentan una mayor presión social y autoexigencia en cuanto a su imagen corporal.
El estereotipo social
Uno de los hallazgos más significativos de la encuesta es que el 40% de los encuestados señala el miedo a la crítica de los demás como la principal barrera para realizar actividad física. Ese temor a ser observados por otros es mayor entre los jóvenes, quienes a menudo se sienten incómodos al pensar en ejercitarse en público.
La preocupación por el juicio ajeno no solo afecta la disposición a hacer ejercicio, sino también la autoestima y la percepción del propio cuerpo. Rexona descubrió que el 54% cree que la comunidad tiene una imagen predeterminada de cómo debería verse quién hace deporte.