Las declaraciones del mandatario ruso alimentaron los temores ante una posible catástrofe global motivada por el uso de armas de destrucción masiva.
l presidente ruso, Vladimir Putin, admitió este miércoles 7 de diciembre un incremento considerable en las tensiones nucleares, aunque dejó en claro que Rusia no será el primero en utilizar dichas armas en el marco del conflicto con Ucrania.
«Consideramos las armas de destrucción masiva, el arma nuclear, como un medio de defensa. [Su utilización] se basa en lo que llamamos ‘ataque en represalia’: si nos atacan, respondemos«, explicó la máxima autoridad del Kremlin.
En una reunión televisada con el Consejo de Derechos Humanos ruso, Putin reconoció que la contienda con Ucrania podría extenderse todavía más. «No nos hemos vuelto locos, sabemos que son las armas nucleares», sostuvo el mandatario de Rusia durante su exposición.
«Consideramos las armas de destrucción masiva, el arma nuclear, como un medio de defensa. [Su utilización] se basa en lo que llamamos ‘ataque en represalia’: si nos atacan, respondemos», detalló.
«La amenaza de una guerra nuclear está creciendo», advirtió el exagente de la KGB, pero le atribuyó la culpa a Estados Unidos y a países europeos que respaldan financiera y militarmente a Ucrania.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, se negó a responder directamente a Putin. «Cualquier conversación a la ligera sobre armas nucleares es absolutamente irresponsable», alegó el funcionario.
Versiones contrapuestas
El canciller alemán, Olaf Scholz, interpretó el complejo escenario de manera inversa: declaró que el riesgo de utilizar armas nucleares en el conflicto de Ucrania ha disminuido gracias a la presión internacional que recae sobre Rusia.
«Hay algo que ha cambiado por ahora: Rusia cesó sus amenazas de utilizar el arma nuclear», opinó Scholz en una entrevista con el grupo de medios alemanes Funke y el diario francés Ouest-France.
También puso de relieve que «la prioridad es que Rusia ponga fin a la guerra y retire sus tropas» de Ucrania, pero «es verdad que luego debemos saber cómo garantizar la seguridad en Europa».
Acusaciones de Putin
En tanto, Putin acusó a la ONU y a otras organizaciones internacionales, así como a los medios de comunicación occidentales, de tener una actitud tendenciosa y antirrusa ante la ofensiva de Moscú en Ucrania y de propagar «mentiras flagrantes».
Si bien el jefe del Kremlin admitió que el conflicto está durando más de lo esperado, argumentó que Rusia obtuvo en estos nueve meses «resultados significativos», en referencia a la anexión de cuatro regiones ucranianas.
En las últimas semanas, las tropas rusas sufrieron, sin embargo, considerables reveses y tuvieron que retirarse de la ciudad de Jersón.
El Kremlin justificó la invasión de Ucrania por la necesidad de defender a la población rusoparlante y de romper la alianza entre Kiev y Occidente, que considera como una amenaza estratégica.
En paralelo, la Unión Europea evalúa nuevas sanciones contra las fuerzas armadas y contra otros tres bancos de Rusia, como parte del noveno paquete de medidas restrictivas impuestas por la guerra.
Bombardeos, muertes y ecocidio
Putin anunció que ya desplegó en Ucrania a 150.000 reservistas, la mitad de los 300.000 movilizados desde septiembre. De este grupo de reclutas, unos 77.000 se hallarían en la línea de frente, según precisó.
En principio, Putin descartó por el momento una nueva movilización de reservistas. En el terreno, los bombardeos continuaron este miércoles y dejaron un saldo de seis civiles muertos y cinco heridos en un ataque ruso contra la ciudad de Kurajove, cerca de Donetsk, donde se concentra actualmente la mayor parte de los combates.
«Un mercado, una estación de autobuses, gasolineras y edificios residenciales fueron los objetivos de los ataques», puntualizó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
En Donetsk, bajo control de los separatistas prorrusos desde 2014, habrían fallecido ocho civiles tras los ataques ucranianos, según el reporte de las autoridades locales.
Ante sus repetidos reveses, el Kremlin optó por focalizar sus bombardeos contra las instalaciones energéticas ucranianas, privando a la población de electricidad, agua y calefacción cuando se avecina el invierno.
La fauna ucraniana también ha pagado un alto precio, con la muerte de miles de delfines en el mar Negro en los últimos meses.
El presidente ucraniano, que fue designado personaje del año 2022 para la revista Time, manifestó que su país está «recabando pruebas de estos crímenes» para «responsabilizar a Rusia» de este «ecocidio».
Fuente: Pérfil