La secretaria de Transporte de la Provincia, Alcira Brizuela dialogó con MEDIOS RIOJA y se refirió a la denuncia en redes sociales sobre una incómoda situación que vivió una pasajera de Rioja Bus interurbano, que sostuvo haber sido acosada por otro sujeto en el interior del micro.
Al respecto dijo que, «la única novedad del viaje fue que una mujer dijo que alguien había orinado dentro del colectivo».
«La mujer no pudo identificar a la persona que acuso de orinar dentro del colectivo», indicó y agregó que, «los choferes escucharon a la mujer, limpiaron el colectivo y cuando volvieron ya no había nadie».
«El protocolo es que el chofer pare el colectivo y llame al 911, para denunciar el hecho», comentó.
“Si ella hubiese avisado de esa situación, hay cámaras donde podría haber identificado”, deslizó.
“Me informaron que todo ocurrió el sábado a la mañana cuando llegó la pasajera de Guandacol, y la única novedad era que otro pasajero había orinado en el interior del coche”, dijo finalmente.
El relato, de un periodista riojano en redes, es el siguiente:
“Un viaje de terror
La madrugada es la hora para hacer el viaje desde el Valle del Bermejo a la capital Riojana, a las 03.00 pasa por Castelli, muy temprano y el frío a esa hora es la primer cachetada, la oscuridad de las noches de invierno van preparando «un viaje de terror» ella, una joven ocupa un asiento de ventanilla, a su lado un hombre que sin saber hasta ese momento sería su pesadilla, entre el sueño y prepararse para un largo viaje todos los pasajeros ya duermen.
Ella busca acurrucarse en su asiento pero no puede dormir, su » compañero» de asiento tiene otras necesidades, este comienza a tocarse sus partes íntimas, gemidos y llamando la atención de su compañera de viaje, ella muerta de miedo, no sabe que hacer, el pánico la atrapa, ve a su alrededor todos durmiendo, todo oscuro, sabe que el viaje es largo, desde su asiento no ve al chófer ni al guarda para dar una señal de la situación, este malviviente o mal compañero de viaje comienza a orinar delante de ella con un olor insoportable, todo el viaje es así, sufre cada km recorrido.
Ella esperaba el ataque de violación, estaba todo propicio para tal acto, su pánico era terrible, no podía gritar, teme a todo, mil cosas pasaban por su cabeza.
El alivio llega cuando ve las luces de la ciudad y saber que podrá denunciar tal situación, cuando baja en la terminal les comunica a los choferes de lo qué vivió, no les importó en absoluto, ignoraron el comentario mientras esté individuo desaparece entre la gente”, (SIC).
La nota completa en el siguiente enlace:
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