Cristina Fernández, expresidenta, y Julio De Vido, exministro de Planificación, fueron sancionados por Estados Unidos. La medida incluye la prohibición de entrada al país para ellos y sus familiares directos, bajo acusaciones de corrupción.
Según el Departamento de Estado estadounidense, ambos participaron en sobornos vinculados a contratos de obras públicas. Las irregularidades llevaron al desvío de millones de dólares, perjudicando tanto al erario público como a la confianza ciudadana.
Las designaciones se basan en el apartado 7031(c) del Acta de Apropiaciones del Departamento de Estado. Esta norma impone sanciones a oficiales extranjeros implicados en casos graves de corrupción o violaciones a los derechos humanos.
«La rendición de cuentas es esencial para combatir la corrupción a nivel global», afirmó Marco Rubio, secretario de Estado.