Se trata de Leandro Omar Reynoso, oriundo de Buenos Aires. Tenía un pedido de captura desde septiembre de este año. Denuncian que robó, drogó, atacó e intentó matar a más de 10 hombres gays luego de citarlos mediante la aplicación de citas Grindr. El pasado fin de semana largo fue detenido en La Rioja.
En el mes del orgullo LGBTIQ+ en Argentina, seguimos hablando de crímenes de odio hacia la comunidad como moneda corriente. En esta oportunidad, un hombre “cazaba” a sus víctimas en una aplicación de citas llamada Grindr, comúnmente utilizada por la comunidad de hombres gays.
Pablo D’Elia es docente y dramaturgo de la Ciudad de Buenos Aires. Luego de sufrir un ataque e intento de homicidio por parte de Reynoso, decidió viralizar su caso para advertir la situación y reclamar acciones concretas a la justicia. Fue gracias a su advertencia y a la organización de la comunidad LGBTIQ+, donde han desarrollado acciones de cuidado en espacios digitales, que lograron capturar al agresor.
“El 4 de septiembre me contacté por Grindr con un chico, que me preguntó si vivía solo y si podía venir a tomar algo. Hablamos un rato, nos pasamos fotos y luego me dijo si podía venir con un amigo. Le dije que no tenía problema. Cuando vino insistió mucho en que tome de una botella de vidrio que, supuestamente, tenía vodka. Como no quise me dijo ‘me voy’, ahí me distrajo el otro y cuando me di vuelta se había puesto unos guantes negros, me agarró y me empezó a ahorcar. Logre forcejear, llegué a la puerta, agarró un elemento de cerámica que tenía y me lo quiso partir por la cabeza. Yo puse el brazo, logré dar la vuelta de la llave y escapar para llamar a la policía”, relató.
Ese día, Reynoso y su cómplice fueron detenidos en el domicilio de Pablo. “Una vez que lo detienen, cuando quise ampliar la denuncia a intento de homicidio, el secretario del juzgado me preguntó si no había sido un juego sexual que no entendí. Son casos que son muy desestimados en general porque la justicia tiene una mirada bastante homofóbica y machista”, cuestionó el joven.
Por este motivo decidió compartir su experiencia en redes sociales, junto con las imágenes de las cámaras de seguridad de su edificio que habían captado el rostro del agresor. “Empecé a viralizar la situación y me llegaron más de 15 denuncias, identificando al mismo agresor, algunos con pruebas como fotos y cámaras de seguridad, pero no tenían el nombre. Con todo esto la justicia no quiso unir las causas, lo que hizo que la persona esté prófuga”, comentó.
Desde el 16 de septiembre Reynoso tiene un pedido de captura a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 11 y está siendo investigado en el Juzgado Nacional Criminal y Correccional 28 por la UFI 6, por haber cometido diversos delitos graves contra la autonomía, vida, salud e integridad física y sexual de por lo menos 10 varones en función de su orientación homosexual desde mayo a septiembre de 2022.
“Son hombres heterosexuales que se hacen pasar por amantes o amigos en una red social que nos debería hacer sentir seguros. No se tiene en cuenta cuando se investiga estos crímenes que hay una elección prejuiciosa de las víctimas, entre ellas hay personas que no hablan porque tienen miedo de salir del closet o porque tienen miedo de la repercusión en el laburo. Estos criminales trabajan con esa impunidad”, aseguró D’Elia.
Asimismo, explicó: “yo me expuse muchísimo, para mí era importante que se difunda la imagen de él porque seguía atacando. A las 24 horas de quedar libre ya tenía otro perfil en la aplicación con otro nombre, seguía buscando víctimas y cazando. Sucedió lo que le dijimos a las autoridades que iba a suceder, volvió a atacar. Atacó en octubre, ahora en La Rioja, en otras provincias del norte también hay casos sin resolver.
¿Cómo puede ser que se sepa todo esto y no se lo esté buscando con prioridad?”.
Por otro lado, el docente oriundo de Buenos Aires consideró que existe una falta de empatía en general que tiene una gran parte de la sociedad. “En los videos que viralizaron mucha gente lo apoya o revictimiza a las víctimas sin preguntarse qué se hizo históricamente para que esto suceda. No es que nosotrxs queremos vivir en la clandestinidad, es que si nos besamos en una plaza pública a veces nos cagan a piñas o nos matan”, comentó.
Respecto a la situación de los ataques de odio hacia la comunidad, opinó: “estamos retrocediendo en algunos lugares, la violencia se recrudeció, por eso es importante hacer comunidad. Cuando estaban detenidos en la comisaría, armé un grupo de whatsapp con algunas víctimas, fuimos a informar de las otras causas y el fiscal no las quiso unir. Por eso pedimos una reforma judicial, si un atacante entra en una comisaría por una denuncia de violencia de género u odio de identidad de género u orientación sexual, deberían generar una alerta y comunicarse entre comisarías para que aparezca algún antecedente”.
El pasado 20 de noviembre Reynoso fue detenido en la provincia de La Rioja, en una causa a cargo del Juzgado Criminal Nro 3 Primera Circunscripción y la Fiscalía de Flagrancia.
“Me llegó un mensaje de una persona que lo vio en la aplicación, me comuniqué con el Ministerio y la Unidad Fiscal de Violencia de Buenos Aires y de La Rioja, para avisar que estaba en la provincia. Uno de los chicos de La Rioja fue hasta la comisaría con el pedido de captura, le dijeron que vaya a investigaciones. Se fue solo. Menos mal que somos comunidad”, destacó.
Con el agresor tras las rejas, lxs sobrevivientes reclaman que no lo vuelvan a dejar en libertad ya que, afirman, podría volver a atacar. También esta circulando un formulario para firmar adhesiones exigiendo una reforma judicial con perspectiva LGBTIQ+.
Durante el año pasado en Argentina se registraron 120 “crímenes de odio” en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio (Informe de la Federación Argentina LGBT+).
Aún en un país con leyes avanzadas sobre los derechos de la comunidad LGBTIQ+, parece ser que la justicia no encuentra o no quiere encontrar las medidas necesarias para cambiar su perspectiva y efectivamente proteger a las víctimas, sino que por el contrario, termina realizando o diciendo cosas que vulneran aún más sus derechos. Mientras tanto, la comunidad organizada se ve obligada a exponerse, acordar estrategias de protección, defensa y contención para resistir a la violencia de los sectores antiderechos.
*Por Candela Blanco