Pese al nuevo récord, el ritmo de crecimiento plantea una cuestión clave: cada vez hay menos nacimientos. Qué rol juega la crisis climática.
Este 15 de noviembre la Tierra alcanzó un nuevo hito: hay 8000 millones de personas viviendo en el planeta. El dato surge de un informe del Departamento de Economía y Asuntos Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Apenas cinco países concentran casi la mitad de la población. China, India, Estados Unidos, Indonesia y Pakistan suman 3750 millones del total. Es decir, 46,3% del mundo.
La delantera la lleva China con 1430 millones (17,88% de la población mundial), apenas por encima de la India que tiene 1420 millones de personas (17,77%) y el tercer lugar lo ocupa Estados Unidos con 340 millones (4,24%).
Las más de 47 millones de personas que viven en Argentina la ubican como el tercer país más poblado de Sudamérica, por detrás de Brasil (220 millones) y Colombia (50 millones).
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Más de la mitad de la población mundial vive en Asia, específicamente 4400 millones de personas. Pero esos números comenzarán a cambiar en las próximas décadas cuando África tome la delantera. Para fines de la década de 2060 la zona de África subsahariana será la región más poblada en todo el planeta con una más de 3400 millones de personas.
Hoy el único país africano que se encuentra entre los 10 más poblados es Nigeria, que tiene 220 millones de personas y se especula que ese número crecerá a 420 millones para 2058. En ese mismo período, se sumarán a la lista la República Democrática del Congo (con 260 millones) y Etiopía (240 millones).
Contraria es la situación de Europa y Estados Unidos, que entre ambos componen el 14% del mundo, pero que a partir de 2038 comenzará a reducirse la población y para 2058 terminará siendo el 11% del planeta.
Si bien la cifra es impactante, sobre todo en los últimos años se pasó de 7 mil millones a 8 mil millones, el ritmo de crecimiento demográfico está disminuyendo desde hace más de cincuenta años.
Desde la década del ‘70 que el crecimiento de personas en el mundo se está desacelerando La tasa de crecimiento anual de la población tuvo su pico en 1963 con un crecimiento del 2,3%, mientras que en la actualidad es del 0,8%.
De todas maneras, hay nacimientos suficientes para mantener la suba demográfica como mínimo hasta 2060. Pero mientras que desde 2011 a 2022 hubo un aumento de 1000 millones de personas, desde este año hasta el período 2080-2100 se calcula un crecimiento de 2400 millones. En algún momento la población terrestre dejará de aumentar.
¿Por qué cada vez crecemos más lento?
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El decrecimiento de la población mundial se debe a una multiplicidad de factores, pero principalmente a estos cuatro:
- Transición demográfica.
- Descenso de las tasas de mortalidad y aumento de la esperanza de vida.
- Caída de la tasa de fecundidad a niveles de reemplazo.
- Migración.
La transición demográfica intenta explicar el equilibrio entre nacimientos, defunciones, inmigración y emigración. Si bien en las décadas de los años ‘50 y ‘60 el descenso de la tasa de mortalidad provocó un gran aumento de la población, ese crecimiento cada vez es menor.
La baja de la mortalidad infantil, la mejora en la nutrición, de la atención sanitaria, de las condiciones de vida y, sobre todo, de la educación generaron que desde la década del ‘70 cada vez haya menos nacimientos.
Cuando las grandes generaciones -beneficiadas por el aumento de longevidad- empiecen a morir, las cifras de defunciones superarán a las de nacimientos.
Esta transición demográfica se produce a ritmos dispares en todos los países del mundo y entran en juego distintos factores. Desde lo ambiental, hasta lo social pasando por lo político y económico.
El Magister en Migración y Estudios de Movilidad Humana en la Universidad de Bristol, Ignacio Odriozola, explicó a TN que la diferencia entre países “tiene que ver con la longevidad, con el desarrollo en materia de salud y con cambios de paradigmas en materia de familia” que tenga cada país.
“Hay una tendencia a tener familias más chicas, y no solo de paradigmas, sino por una cuestión económica. Lo educativo pueden influir o incluso lo religioso también puede ser determinante para el número de nacimientos que hay por país”, dijo Odriozola.
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Para el especialista en demografía, el ralentizamiento del ritmo de crecimiento de la población se debe a cuatro factores: “Longevidad, salud, cambios sociales y situaciones económicas de cada país”.
El descenso de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida están completamente ligadas a la longevidad. Los factores para que la esperanza de vida lleve aumentando en todas las regiones desde 1950 son la mejora en la nutrición, la asistencia sanitaria, las condiciones de vida y, sobre todo, la reducción de las tasas de mortalidad por enfermedades infecciosas.
El crecimiento de la esperanza de vida es notable: mientras en 1950 las personas aspiraban a vivir 46 años aproximadamente, hoy el promedio gira en torno a los 73 años.
Pero en este punto también hay desigualdades entre países, porque en las economías con ingresos bajos la esperanza de vida gira en torno a los 63 años o 10 años menos de lo que marca el promedio mundial. La brecha entre países desarrollados y subdesarrollados puede ser de hasta 33,4 años. Mientras una persona en China puede vivir hasta 85 años, en Nigeria puede vivir menos de 54 años.
El tercer factor que influye en el decrecimiento poblacional es la tasa de fecundidad. ¿Qué es la tasa de fecundidad? La relación que hay entre el número de nacimiento y la cantidad de población en edad fértil que hay en un mismo período. Es el crecimiento de personas que hay de generación en generación.
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El acceso a una mejor educación junto con mayores oportunidades laborales para las mujeres generó un cambio radical en los últimos 70 años. También el mayor acceso a métodos anticonceptivos, la educación sexual y la demora en contraer matrimonio y tener hijos.
Los números lo dejan en claro: mientras en 1950 había 5 nacimientos por cada mujer, en 2022 la estadística marca que hay 2,3 nacimientos y en 2050 el número descendería a 2,1. Si a esto le sumamos que la esperanza de vida es cada vez mayor, la conclusión que nos deja es que cada vez es menor el porcentaje de niños con respecto a la población mundial.
Más del 60% de las personas del mundo vive en un país en donde no hay un crecimiento de generación a generación. Se espera que estos números se profundicen y que para el final del siglo todas las regiones -excepto África subsahariana- estén por debajo de los niveles de reemplazo.
Mientras en China una persona puede vivir hasta 85 años, en Nigeria puede vivir menos de 54.
El último de los factores es la migración. ¿En qué puede afectar esto? Básicamente los migrantes pueden marcar una diferencia crucial en lo que al cambio demográfico se refiere: puede sostener el crecimiento o agravar la reducción.
En países desarrollados, la migración contribuyó más al crecimiento demográfico que los nacimientos durante el período 2000-2020. Es decir, en los últimos 20 años en los países de altos ingresos hubo más inmigrantes que nacimientos. En otros países, en cambio, son más las personas que se van de las que nacen y eso agrava la reducción de la población.
Turquía (4M), Jordania (3M), Palestina (2M) y Colombia (1,8M) son los países con mayor flujo de ingreso de refugiados, mientras que Pakistán (16,5 M), India (3,5M), Bangladesh (2,9M) y Nepal (1,6M) son los países con mayor flujo de salida.
Y dentro de este aspecto hay un factor clave: la migración climática. Ignacio Odriozola explicó a TN qué son los migrantes climáticos: “También llamados refugiados ambientales, son las personas que se desplazan internamente dentro de un estado o transfronterizamente por los efectos adversos del cambio climático o los desastres naturales”.
¿A más personas en el mundo, mayor riesgo ambiental?
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“Este tipo de migración es una medida de adaptación ante un riesgo inminente. Es una persona que vive en el triángulo norte de Centroamérica y ve cómo su cosecha cada vez es menor producto de las sequías y que, por el cambio climático, estas sequías se van a incrementar. Por lo tanto, decide irse de ese lugar porque sabe que su situación económica va a empeorar”, explicó.
El Magister en Migración y Estudios de Movilidad Humana explicó que los migrantes climáticos “se trasladan a países cercanos y buscan oportunidades en las grandes ciudades”. Para él, ese es otro problema porque “las ciudades no están preparadas para eso”.
Odriozola detalló que las potencias mundiales como Estados Unidos, países de Europa o Japón “tienen restringida su política migratoria para evitar que los migrantes lleguen”, pero que con el correr de los años esto va a modificarse.
“El envejecimiento de estos países que son reticentes a aceptar migrantes los va a obligar a replantearse su postura en algún momento”, agregó. La realidad marca que para 2050 Nigeria superará a Estados Unidos en población y Etiopía formará parte de los diez países más poblados.
La inseguridad y los conflictos internacionales son otros de los conflictos que influyen en la migración internacional. Sin ir más lejos, entre febrero y octubre de 2022 casi 8 millones de personas huyeron de Ucrania a distintos países de Europa.
“Muchos ambientalistas lo muestran como una cuestión matemática: si tenemos recursos naturales finitos, no podemos sostener a una población que sigue creciendo. La población va a superar los recursos”, aseguró a TN Hayley Stevenson, directora del Posgrado en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato di Tella.
Si tenemos recursos finitos, no podemos sostener una población en crecimiento
Sin embargo, la especialista planteó que el problema no radica en la cantidad de personas que haya en el planeta sino en el consumo que tengan. “Tenemos que hablar sobre el consumo y no hablo de reducir los niveles de bienestar. Sino que hay mucho derroche de los recursos”, señaló.
Sobre este punto, la experta puso el ojo en los países más desarrollados: “Estados Unidos, Francia, Japón y China hablan de una crisis demográfica, dicen que sus poblaciones no están creciendo, y prefieren evitar este tipo de debates justamente porque son los que más consumen y los que más emisiones de gases de efecto invernadero generan”.
Por eso, planteó que la gravedad del crecimiento de la población depende de qué países crezcan. “Hay países como India que están creciendo pero no consumen tanto. Si todos consumiéramos como un hindú, el planeta podría sostener a más personas. Ahora si todos consumiéramos como un estadounidense, podría sostener a muchos menos”, explicó.
También señaló que “los países que están aumentando en población suelen ser los que menos consumen”, pero que “en la medida en que países europeos o Estados Unidos quieran crecer su población va a haber consecuencias negativas”.
Este señalamiento lo plantearon los países de América Latina en la cumbre ambiental COP27. Allí la CELAC hizo causa común para reclamar más fondos para la acción climática a los países que más emisiones generan.
“Hay un largo historial de promesas incumplidas para ayudar a los países necesitados. Los países con más recursos prometieron mucha ayuda y luego distribuyeron mucho menos”, aseguró Hayley Stevenson. Y explicó que “mucho tiene que ver con la falta de cooperación de Estados Unidos”. “Los europeos tomaron el liderazgo pero no tienen el mismo peso que Estados Unidos. Las emisiones de gases de efecto invernadero son mucho más fuertes en EE.UU. que en Europa”.
¿Cómo se soluciona esta situación? Hayley Stevenson señaló que “hay patrones de consumo que no son ideales y hay que modificarlos”.
“Esto no es un tema del futuro, estamos viendo el impacto de cómo que genera el abuso del agua, la tierra y la fertilidad de la tierra, así como los efectos que genera el cambio climático”, culminó Hayley.
Fuente: TN