El activista conservador, asesinado el 10 septiembre en una Universidad de Utah, fue despedido este domingo con una ceremonia masiva en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, con capacidad para 73.000 personas que se llenó dos horas antes del inicio del memorial. Su viuda y el presidente de los Estados Unidos fueron los principales oradores.
El influencer conservador Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre tras recibir un disparo en el cuello en la Universidad Utah Valley, fue despedido este domingo con un funeral multitudinario donde decenas de miles de personas fueron a brindarle el último adiós en el estadio de fútbol americano State Farm Stadium de Glendale, Arizona, con capacidad para 73.000 personas, que se llenó dos horas antes del inicio del memorial, dejando fuera a una muchedumbre.
Bajo un fuerte operativo de seguridad, y música cristiana de fondo, líderes políticos como el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y seguidores del activista ultraconservador creador de Turning Point, una organización juvenil sin fines de lucro dedicada a promover principios conservadores y la libertad de expresión se hicieron presente en el homenaje.
Ante el clima de tensión y la expectativa por la organización, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS) reforzó la vigilancia en Glendale, movilizando agentes federales y colaborando con las autoridades locales para garantizar el orden y la protección durante el evento.
Además de Trump, los oradores incluyeron al vicepresidente J.D. Vance y a la viuda de Kirk, Erika Kirk. La esposa de Charlie también habló ante la multitud para despedir a su esposo y ratificar su compromiso con su legado, ya que acaba de asumir como directora ejecutiva de Turning Point USA.
Entre los participantes estuvieron la secretaria general de la Casa Blanca, Susie Wiles; el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr.; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard; el vicesecretario general de la Casa Blanca, Stephen Miller, así como Donald Trump Jr. y Tucker Carlson, ex presentador de Fox News y comentarista conservador.
La música del funeral fue liderada por artistas cristianos: Chris Tomlin, Brandon Lake, Phil Wickham, Kari Jobe y Cody Carnes. La ceremonia estuvo rodeada por medidas de seguridad extremas, a cargo principalmente del Servicio Secreto con apoyo de agencias estatales y locales. Todos los asistentes debían registrarse online y proporcionar datos personales como nombre, correo electrónico, número de teléfono y código postal.
El Departamento de Seguridad Nacional lo catalogó como «evento especial de nivel 1» (SEAR-1), la máxima calificación disponible para este tipo de situaciones. Aunque no se han detectado «amenazas verídicas y creíbles», las autoridades temen que grupos extremistas puedan considerarlo un objetivo.
