Así lo expuso el fiscal Rafael López, en el marco de la etapa de alegatos del juicio, donde el imputado está acusado por los delitos de «Lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género, coacción y desobediencia a la autoridad» en contra de su expareja.
Este viernes, el juez Dr. Jorge Gamal A. Chamía, en la sala unipersonal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de la Primera Circunscripción Judicial, concretó la última audiencia del juicio en contra de un hombre mayor de edad, que está acusado de los delitos de «Lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género (dos hechos), coacción (dos hechos) y desobediencia a la autoridad (cuatro hechos en concurso real)».
Tras haber finalizado con la incorporación de pruebas, el Magistrado dio lugar a la etapa de alegatos.
En ese marco, el Fiscal Rafael López dijo en primer término que, no se encontraron elementos de convicción suficientes que brinden el grado de certeza que esta etapa requiere, para sostener la acusación del delito de coacción (dos hechos). No obstante, sostuvo la acusación para los delitos de «Lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género (dos hechos) y desobediencia a la autoridad (cuatro hechos en concurso real)».
Al respecto, el representante del Ministerio Público Fiscal repasó las circunstancias en las que se dieron los hechos y los elementos probatorios, tanto testimoniales como documentales, que dan cuenta de los mismos. En ese sentido, recalcó que los delitos fueron perpetrados en presencia de los hijos de la víctima y el acusado, como así también de la familia de la denunciante; y que estos episodios de violencia fueron efectuados por el imputado cuando estaban vigentes medidas de protección en su contra.
Luego de la exposición de pruebas, López consideró que quedaron acreditadas la materialidad de los hechos y la autoría de los mismos, por lo que solicitó la pena de cinco años de prisión de cumplimiento efectivo, debido a la grave afectación psicológica provocada en la víctima, la reiteración de conductas violentas del acusado, el nivel de hostilidad y agresividad y el consumo problemático de sustancias que presenta.
En su turno, el abogado defensor Dr. Miguel Morales, inició sus alegatos poniendo en duda la figura de violencia de género e hizo alusión a estadísticas sobre falsas denuncias encuadradas en este tipo de violencia.
Seguidamente, sostuvo que no fueron acreditadas de manera fehaciente las lesiones leves, puesto a que no se constataron las mismas, porque en la primera oportunidad la supuesta víctima no fue examinada médicamente y, en el segundo hecho, las lesiones no fueron corroboradas «objetivamente» por la médica que la atendió. En ese sentido, solicitó la absolución de los delitos de lesiones, no así con los de desobediencia a la autoridad que «sin dudas fueron cometidos».
Por otro lado, hizo referencia a que su cliente lleva dos años y siete meses con prisión preventiva, algo que debe ser considerado al momento de fallar.
Detalle de los hechos:
El primer hecho habría ocurrido el 12 de septiembre de 2019, cerca de las 20:30, cuando el acusado, teniendo conocimiento de las medidas de restricción dictadas en su contra, concurrió a la vivienda de su expareja con la intención de ver a los dos hijos que tienen en común. Allí, la víctima le habría manifestado que podía verlos, pero no llevarse a los menores hasta que estuviera establecido judicialmente el régimen de visitas; ante esta respuesta, el imputado habría comenzado a agredirla verbalmente y la habría amenazado, para luego tomarla del cabello y propinarle golpes de puño en la cabeza y la espalda.
El segundo hecho delictivo, habría tenido lugar el 10 de marzo de 2020, alrededor de las 5:40, cuando la víctima se dirigía a su trabajo junto a su pareja, a bordo de una motocicleta. En dicha oportunidad, el acusado los habría interceptado, para luego agredirlos verbalmente, portando un cuchillo de metal; posteriormente, cuando éstos intentaron huir, el imputado habría alcanzado a pegarle una patada en la pierna a la víctima. Más tarde, cerca de las 11:00, Roberto D. V., se habría presentado en el trabajo de la mujer y le habría arrojado un papel que tenía escrito amenazas de muerte
El tercer hecho, habría sido perpetrado el 13 de marzo del 2020, cuando la víctima se encontraba en la casa de su madre. Allí se habría apersonado el acusado, siendo atendido por la propietaria de la vivienda, a quien le habría solicitado ver a su hija; ante su negativa, habría comenzado a insultar y luego habría arrojado un papel doblado que envolvía una bala y que manifestaba amenazas hacia la víctima.