En octubre de 2004 Victoria fue restituida y supo que era hija de María Hilda y José, quienes continúan desaparecidos.
El juicio oral y público por la apropiación de la nieta restituida Victoria Donda Pérez, que tiene como único acusado al exmarino represor Adolfo Miguel Donda Tigel, continuó hoy con las declaraciones de Adriana Rut Marcus y Alicia Ruszkowski, ambas sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención que funcionó en la ESMA durante la última dictadura cívico militar.
Marcus y Ruszkowski declararon esta mañana ante el Tribunal Oral Federal N° 6 de la Ciudad de Buenos Aires integrado por los jueces Ricardo Basilico, Daniel Horacio Obligado y Gabriela López Iñíguez, a cargo de la causa que se le sigue a Donda Tigel por la apropiación de su sobrina y nieta restituida Victoria Donda Pérez.
«No se puede ser piadoso ni condescendiente con el enemigo, no lo fuimos con mi hermano que fue ‘Monto’ ni con mi cuñada que fue traída secuestrada a la ESMA y ha sido trasladada como lo vas a ser vos si no decís lo que sabes», esa fue la frase inicial del testimonio dado porR uszkowski, palabras que dijo haber escuchado de parte de Donda Tigel durante uno de los interrogatorios a los que fue sometida en la ESMA.
En su testimonio, Ruszkowski afirmó «con total seguridad» reconocer al acusado Adolfo Miguel Donda Tiger como la persona a la que vio numerosas veces en el mayor campo clandestino de detención que funcionó durante el terrorismo de Estado, que se hacía llamar «Gerónimo» y que estuvo a cargo de varios de los interrogatorios que se le efectuaron allí.
«Él remarcó ‘no hay piedad ni condescendencia, no tengo culpa’ y hablaba todo el tiempo de guerra, y estaba hablando de su hermano, su propia sangre, es de una crueldad espantosa», enfatizó la testigo en otro tramo de su declaración para trazar rasgos personales del acusado.
Expresó además su deseo de que se sepa «qué pasó» con los restos de María Hilda Pérez y José Laureano Donda (padres bilógicos de la extitular del Inadi, ambos desaparecidos) «para que Victoria pueda resolver ese duelo».
A su turno, la testigo Marcus coincidió en haber visto en reiteradas oportunidades al exmarino Donda Tiger en la ESMA, donde estuvo secuestrada desde agosto de 1978 hasta abril de 1979.
Luego de ser «liberada» de su cautiverio, Marcus relató que vivió bajo la modalidad de «libertad vigilada», debiendo realizar «trabajo esclavo», «tareas de prensa» y, en ese contexto, en mayo de 1979 viajó a México con el exmarino Donda Tiger.