El Ministerio de Defensa avanza con la adquisición de las unidades militares tras firmar una carta de intención con ese país. Cómo sería el financiamiento de los Estados Unidos.
Tras firmar una carta de intención con Dinamarca por la compra de 24 aviones de guerra F-16, el Gobierno se dispone a avanzar en la letra chica del contrato para la adquisición de material militar, una operación que tiene el visto bueno de los Estados Unidos.
Se espera que el ministro de Defensa Luis Petri viaje en abril a Dinamarca para avanzar en las negociaciones, aunque podría no hacerlo solo: no se descarta que el presidente Javier Milei también se dirija a ese país entre abril y junio con motivo de sellar definitivamente la operación por los 24 cazas supersónicos de origen norteamericano. Fuentes de la Presidencia no negaron ni confirmar el posible periplo a Europa.
No es un detalle menor que Estados Unidos sea el fabricante de estos aviones. Por contrato, cuando una Nación adquiere elementos militares de ese país, luego debe pedir autorización para revenderlo a otra. El Gobierno de Joe Biden está muy interesado en que la Argentina compre estos aviones, por lo que no solo aprobó las operaciones, sino que además financiaría la compra.
Pese a que por el momento solo se firmó una carta de intención con el ministro Danés Troels Lund Poulsen, lo que significa que hay voluntad de comprar y vender los F-16, en el Gobierno se ilusionan con la posibilidad de que, si todo marcha bien, uno de los F-16 pueda llegar al país antes de fin de año para comenzar con el entrenamiento y preparación de los pilotos.
Aunque los detalles del eventual acuerdo se mantienen en reserva, de a poco comienzan a filtrarse algunos de los números. La operación de compra de los 24 aviones rondaría los U$S800 millones y sería financiada por los Estados Unidos. Se desconoce si será un crédito de ese país o si el Gobierno de Biden intervendrá para que Dinamarca ofrezca facilidades de pago.
Estados Unidos está interesado en que el país adquiera este material para que deseche de una buena vez la oferta de China por sus JF-17. De esa manera se reduce la influencia de Asia sobre la región.
Las aeronaves llegarían a la Argentina además dotadas de armamento estadounidense como misiones y cañones; sin embargo, aún es pronto para conocer los detalles del paquete total.
En el Gobierno defienden esta compra al asegurar que pese a las restricciones presupuestarias, el país accederá a un crédito razonable y que las fuerzas armadas necesitan recuperar su capacidad supersónica. Desde el retiro de los Mirage en el año 2015, la Argentina no cuenta con aviones que puedan superar la barrera del sonido.
En el Ministerio de Defensa aseguran que el nivel de desarme de las fuerzas es tal, que “no disponen de las herramientas necesarias y suficientes que le permitan cumplir con su misión”, en este caso resguardar el espacio aéreo argentino. El contrato podría ser firmado el próximo mes, en Dinamarca.
Según datos del sitio web oficial de la Fuerza Aérea estadounidense, los aviones F-16 Fighting Falcon son “de combate compacto y multifunción, por lo que proporcionan un sistema de armas de alto rendimiento y costo relativamente bajo”. Además, se destaca su desempeño en el combate aéreo, maniobrabilidad y el radio.
“Puede localizar objetivos en todas las condiciones climáticas y detectar aviones de bajo vuelo por el radar. En una función de aire a superficie, el F-16 puede volar más de 860 kilómetros, entregar sus armas con una precisión superior, defenderse de los aviones enemigos y volver a su punto de partida”, remarca la descripción. Los aviones en cuestión no son nuevos, sino que llevan décadas en servicio, aunque se trata de una de las mejores aeronaves de combate del mercado.