El reconocido diseñador debió internarse por un cuadro de depresión aguda, en medio de una fuerte crisis financiera.
El reconocido diseñador Benito Fernández miró en retrospectiva a su internación por un cuadro depresivo, al mismo tiempo atravesó un proceso de quiebra en su línea prêt-à-porter y el distanciamiento con su hijo: “Estuve en el pozo más negro que se puede imaginar”.
En principio, Benito se refirió a la relación con su hijo Lucas a quien se lo acusó de haber protagonizado un exabrupto con las empleadas: “Estoy más o menos. Se fue a Brasil hace seis meses, estamos distanciados”.
Luego del conflicto de recaudación con su marca en julio pasado, el modisto señaló: “La parte prêt-à-porter explotó, estoy arreglando todo lo que quedó, están mis abogados. Son chicas que trabajaron conmigo y arreglé con algunas. Da lástima porque fueron muchos años del trabajo de ellas y mío, y mi amor por esta industria”.
En cuanto a su salud mental, Fernández remarcó: “Estuve con una depresión absoluta en el pozo más negro que se puede imaginar. Nunca pensé -que estaría de tal manera- porque nunca en mi vida ocurrió ninguna situación de nada”.
“Tomar la decisión de internarme en la Clínica Abril fue lo mejor que pude hacer, por consejo de mi psicólogo y mi psiquiatra. Aconsejo que les comuniquen -los problemas- a sus seres queridos”, explicó Benito.
En cuanto a su empresa, el diseñador sostuvo: “Mi vida el año pasado fue un tsunami, tuve que cerrar el prêt-à-porter porque fue imposible. En el mismo momento en que explotó la bomba, estaba internado. Fue un momento muy difícil”.
“Me pude resetear, acabo de mudar la parte de alta costura a un lugar súper lindo. Voy a iniciar un emprendimiento inmobiliario en La Plata, con un edificio con mi nombre. De salud estoy súper bien”, agregó el modisto.
Como si fuera poco, Benito debió lidiar con retomar su estatus social: “Tenía miedo a la cancelación por lo psicológico, quizás, las enfermedades físicas están más aceptadas. Tenemos prejuicio por las cuestiones mentales, si me internaba por una enfermedad del cuerpo, no. Vivo de la imagen, no soy una oficina”.
NA