La buena noticia es que existen opciones de tratamiento fácilmente disponibles. La mala, es que la temporada de alergias primaverales puede estar prolongándose y haciéndose más severa.
La primavera puede ser un desafío para muchas personas que sufren de alergia, ya que el aumento de los niveles de polen y otros alérgenos ambientales puede desencadenar síntomas molestos como:
- Estornudos.
- Congestión nasal.
- Picazón en los ojos y garganta.
- Fatiga.
El Dr. Stanley Fineman, alergólogo estadounidense, destaca que las alergias estacionales, particularmente las primaverales, se deben principalmente a la polinización de árboles y plantas. “El sistema inmunológico percibe el polen como una amenaza, liberando histamina y causando síntomas alérgicos”, explica Fineman, quien también recomienda a los pacientes seguir tratamientos como antihistamínicos orales y sprays nasales para aliviar los síntomas.
La gravedad de la reacción depende de la magnitud de la amenaza que el cuerpo percibe como un alérgeno. Se toma como ejemplo el polen. “La mayoría de las personas no tiene una respuesta inmunitaria al polen, pero un cierto porcentaje de los sistemas inmunitarios de las personas lo ve como algo extraño y peligroso y lo trata como un patógeno o una infección”, afirma el Dr. Christina Price, alergista e inmunóloga de Yale Medicine.
Los cambios climáticos pueden afectar los niveles de polen, lo que a su vez afecta los síntomas de la alergia. Con temperaturas más cálidas, aumentan los niveles de polen primaveral.
Los cambios en la presión del aire también tienen un efecto, ya que la cantidad de polen que se mueve desde la atmósfera superior a la inferior varía según la presión del aire.
Una de las formas más eficaces de tratar los síntomas, una vez que se conocen los desencadenantes, es evitar el entorno. “El polen de los árboles, por ejemplo, es más abundante a primera hora de la mañana”, afirma La Dra. Emily Weis, experta de la University of Rochester, de EE.UU.
Minimizar la exposición al polen
Por su parte, la Dra. María Álvarez, inmunóloga de España, aconseja que las personas con alergias estacionales se mantengan informadas sobre los niveles de polen en el aire y eviten actividades al aire libre en días de alto conteo. “Una buena estrategia es mantener las ventanas cerradas durante estos días y utilizar purificadores de aire en casa para minimizar la exposición al polen”, sugiere Álvarez, quien también recomienda el uso de inmunoterapia para los casos más graves.
Además, muchos expertos coinciden en que una combinación de medidas preventivas y tratamiento médico es clave para gestionar las alergias primaverales. Entre estas medidas se incluyen ducharse y cambiarse de ropa después de estar al aire libre, y limpiar regularmente el hogar para eliminar restos de polen y polvo.
Si bien las alergias primaverales pueden afectar la calidad de vida, con un manejo adecuado es posible minimizar sus efectos y disfrutar de la estación.