Cris Miró falleció envuelta en un absoluto misterio. Vida y obra de una figura transgénero que se hizo famosa por ocupar un espacio que era exclusivo de la mujer.
Cris Miró fue leyenda en el mundo de las personas transgénero y una celebridad en la Argentina. En su ADN se peleó siempre con las etiquetas, nunca le gustaron. Ni travesti, ni mujer, ni hombre. Ella se sintió artista y así buscó ser aceptada en la sociedad. ¿Qué se nos viene a la memoria cuando escuchamos su nombre?
El 1° de junio de 1999, Cris Miró falleció en el sanatorio Santa Isabel, en el barrio de Caballito. Las circunstancias nunca estuvieron claras. Su círculo más cercano se encargó de desmentir que estuviera enferma de SIDA. Por lo bajo, algunos llegaron a decir que se trató de una afección pulmonar. Para más confusión, su representante señaló que fue un cáncer linfático. Hilda, su madre, les prohibió a los médicos hablar de las causas de su fallecimiento.
Cuando Cris Miró llegó al sanatorio el 20 de mayo de 1999, algo no estaba bien. Ella gritaba por un fuerte dolor que tenía en su estómago y los médicos la internaron de inmediato.
Cris Miró fue nombrada «Vedette del año» en 1995.
«No inventen más, no tengo SIDA», alcanzó a decirles a los periodistas.
Cris Miró: la historia de Gerardo Elías
Cris Miró también es la historia de Gerardo Elías. Fue hija de un militar retirado y de una ama de casa. Fue también esa persona que en la adolescencia estudió la carrera de odontología y hasta llegó a recibirse. Sin embargo, ella tenía otros planes.
En silencio, siempre se proyectó en ser actriz. Y no paró hasta conseguirlo: tomó clases de actuación y se destacó. En ese ambiente artístico disfrutaba más la vida.
Con su presencia, siempre impulsó un movimiento. Este 16 de septiembre cumpliría 57 años. ¿Quién fue Cris Miró? ¿Qué hizo ella en el público para que la aceptaran de inmediato? ¿Cuál es su verdadera historia de superación? Pasan los años y las preguntas tienen múltiples respuestas.
«Lo más importante es lo que yo siento. Soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa», respondía cuando se le preguntaban si se sentía discriminada.
Cuando irrumpió en el mundo del espectáculo, dejó una huella. El andar de Cris Miró fue breve, intenso y fugaz. Y a veces lo intenso es breve y lo breve tiende al olvido. Cris Miró fue esa persona que se encargó de trabajar para no ser olvidada. Abrió un camino, lo recorrió siendo protagonista y se encargó de dejarlo más limpio para que otros lo transiten. Después de ella, vendrían muchas más Cris Miró.
Nadie fue capaz de explicar cuál fue la misteriosa enfermedad de Cris Miró.
Cris Miró también luchó para llegar a la calle Corrientes. Gracias a su imponente figura y su manera de expresarse, en 1995 rompió con un estereotipo: logró ser considerada la Vedette del Año.
Estudió baile clásico con Julio Bocca, pasó por la comedia musical y por la actuación. Un ejemplo de que la preparación estuvo en su vida por delante de todo. Cris Miró no hizo nada de forma improvisada.
Video: Cris Miró y el día que se le plantó a Mirtha Legrand cuando la trató como un hombre
Su carrera fue meteórica: la popularidad del teatro de revista la catapultó a la pantalla chica y se convirtió en una figura solicitada en los programas que tenían mayo audiencia.
Mirtha Legrand, Nicolás Repetto, Antonio Gasalla y Marcelo Tinelli se peleaban por tenerla. Un día, la mismísima Mirtha la confrontó en sus almuerzos y hasta la trató como un hombre no asumido. Eran otros tiempos, claro.
Cris Miró vivió rápido y en sus palabras nunca hubo reproches o cuestionamientos. Fue mucho más que una figura emblemática. Con su presencia traspasó todos los límites en la década del ´90, una época marcada por la postal del menemismo y el 1 a 1.
Jamás tuvo conciencia de todo lo que logró. Apenas unos años después de haber llegado a la fama, y con 31 años, Cris Miró murió envuelta en un misterio.
El jueves 20 de mayo de 1999, Cris Miró entró caminando al sanatorio. Su semblante indicaba que había dolor y preocupación. Era su tercera internación en menos de seis meses. Casi no podía hablar, tenía fiebre y fuertes dolores en el pecho. La imagen era la de alguien débil y que había perdido varios kilos. Nadie fue capaz de explicar cuál fue su misteriosa enfermedad.
Fue vedette del momento, fue bandera de la comunidad LGBT y fue la primera celebridad travesti en ser aceptada en la industria del espectáculo. Fue también esa persona que siempre abrió un sendero. Por alguna extraña razón, algo nos privó de verla brillar aún más.
Fuente: A24