Los Juegos Evita son el principal programa deportivo de nuestro país. Pero el Gobierno dice que no hay plata. El Gobierno de La Rioja no apoya esta decisión del Gobierno Nacional ni será parte de la competencia devaluada que perjudica a los más de 30 mil competidores de La Rioja entre jóvenes, adultos y adultas mayores y personas con discapacidad en el deporte adaptado
«Recibimos la triste noticia de que los Juegos Evita, una política pública, que este año cumpliría 76 años, será desplazada por el gobierno nacional», expresó en redes sociales el ministro de Desarrollo, Igualdad e Integración Social, Alfredo Menem.
«Los Juegos Evita, reconocidos por su promoción del deporte inclusivo y su apoyo a miles de deportistas serán desfinanciados. En síntesis, lamentablemente, estos no proporcionarán transporte, comida ni estadía a las y los participantes, ni recursos en instancias provinciales, lo que los convierte en una opción excluyente y desconectada de las necesidades de la comunidad», agregó.
Resaltó que «La Rioja es la única provincia que cuenta con una ley de reconocimiento para los y las competidoras que traigan medalla de los Juegos Evita. Esta proporciona un impulso económico a los y las atletas que obtienen medallas, incentivando y premiando su esfuerzo y dedicación».
Y sentenció: «El Gobierno de La Rioja no apoya esta decisión del Gobierno Nacional ni será parte de la competencia devaluada que perjudica a los más de 30 mil competidores de La Rioja entre jóvenes, adultos y adultas mayores y personas con discapacidad en el deporte adaptado».
«Por último es decisión del gobernador Quintela, mantener vivos los valores que estos juegos han fomentado históricamente con los “Juegos Evita La Rioja” porque sabemos que son un espacio de inclusión y crecimiento personal para los y las deportistas», indicó finalmente.
El deporte argentino está a la deriva, atravesando una crisis sin precedentes, al borde del knock out. El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, y el subsecretario de Deportes, Julio Garro, se reunieron de manera virtual con las autoridades deportivas provinciales para comunicarle que no hay plata para los Juegos Evita. Pero, ¿cómo repercute esto en el deporte nacional?
Los Juegos Evita son el principal programa deportivo de nuestro país. El año pasado, en su 75 aniversario, participaron más de un millón de jóvenes y personas mayores durante todo el año en 76 disciplinas deportivas y 13 culturales, lo que arrojó como resultado 25 mil finalistas nacionales que compitieron en Mar del Plata, Chapadmalal, Tecnópolis y Termas de Río Hondo. Estas finales -más allá de resultar majestuosas por contar con todo ese caudal de gente compitiendo a la vez en más de 200 clubes, escuelas y polideportivos en la misma ciudad- son simplemente la frutilla del postre. Lo virtuoso del programa es que representa una oportunidad para garantizar un inmenso sistema de competencias municipales, regionales y provinciales durante todo el año.
Pero los Evita no son solamente la principal competencia de nuestro país, igualadora de oportunidades, democratizadora del acceso a la práctica deportiva, fundamental en el desarrollo deportivo y semillero de talentos. Durante los juegos -además- se despliega una red de articulaciones inter-estatales para garantizar que los participantes accedan a un chequeo médico, se vacunen contra la gripe, la neumonía o completen su calendario de vacunación; los jóvenes participan en talleres educativos sobre educación sexual integral, salud sexual reproductiva, bullying, grooming, violencia por motivos de género, consumos problemáticos; se realizan talleres de orientación vocacional para ayudarles a elegir qué carrera estudiar para darles herramientas para su futuro. También son una oportunidad para abordar problemáticas y reflexionar con los participantes sobre el cambio climático y la sostenibilidad ambiental: la premiación fue realizada con medallas y trofeos confeccionadas 100% con tapitas de gaseosa recicladas en el marco de una campaña de concientización y separación de residuos con institutos de educación superior. Durante la final nacional se midió la huella de carbono generada en el evento y se plantó flora nativa con los jóvenes de todo el país para compensarla. Y podría seguir con más ejemplos que pondrán sobre la mesa la profunda herramienta educativa, cultural y sanitaria que son los Juegos Nacionales Evita y por qué es importante que el Estado se ocupe de promoverlos. No solo por todo lo antedicho, sino porque -además- son muy virtuosos en términos económicos.
El observatorio económico y social del deporte y la actividad física de la Universidad Nacional de Misiones pudo medir el impacto económico y social de los Evita 2023. El informe da cuenta de la tracción económica que generan los juegos, que en esta oportunidad multiplicaron 15 veces la inversión inicial realizada por el gobierno nacional en la organización. Esto significa que cada peso invertido en la organización se multiplicó 15 veces en la economía nacional. Es decir, en la ciudad anfitriona, en este caso Mar del Plata y en las Provincias donde se realizaron diferentes tipos de consumos producto de su participación en los juegos. De esta manera, el 66% del impacto fue en Mar del Plata en hotelería, alimentos y comercio y el 44% tuvo su efecto en las provincias activando transporte e indumentaria.
Pero no hay plata. Como tampoco parece haber plata para el resto de los programas de apoyo y fortalecimiento del deporte argentino. Durante la última campaña presidencial, ya llamaba la atención el contraste entre las plataformas electorales de los dos candidatos que llegaron al ballotage. En la plataforma de Sergio Massa se podía encontrar un Plan Nacional, con 10 ejes centrales de fortalecimiento del deporte argentino entre los que se destacaban potenciar el apoyo económico a 10 mil clubes de barrio y 1000 polideportivos municipales para la puesta en valor de sus instalaciones deportivas y la recuperación de la autarquía financiera del ENARD a través de un impuesto a las bebidas alcohólicas para financiar no solo el desarrollo deportivo y potenciar las bases, sino poder acompañar la carrera de nuestros deportistas, esos embajadores que se encargan de representar la bandera celeste y blanca en el mundo. En la plataforma de Milei, por el contrario, ni una sola referencia al deporte. En lo que, quizás, sea hasta el momento una de las pocas muestras de coherencia del presidente, en el deporte está haciendo exactamente lo que dijo que iba a hacer: nada.