Las encuestas pronostican un resultado muy ajustado, con siete estados aún por decidir.
Estados Unidos vive hoy una jornada electoral sin precedentes, con Kamala Harris y Donald Trump enfrentándose en una contienda que podría redefinir tanto el rumbo interno como la posición global de la potencia norteamericana. Este enfrentamiento marca una de las campañas más polarizadas en la historia reciente, con posiciones encontradas que reflejan un país dividido y que auguran repercusiones de gran impacto en el escenario internacional.
Los temas que dividen: economía, inmigración y derechos sociales
La elección presidencial enfrenta dos visiones antagónicas respecto a la economía y la política interna. Mientras que Harris propone una continuidad en las políticas de ayuda social y una reforma tributaria para aumentar los ingresos del Estado, Trump aboga por una reducción drástica de impuestos y una política de estímulo basada en el sector privado.
Ambos candidatos difieren profundamente en cuanto a las políticas migratorias. Harris plantea un enfoque más inclusivo, con reformas que permitan a ciertos inmigrantes indocumentados regularizar su situación, mientras que Trump insiste en endurecer las medidas de seguridad fronteriza, incluyendo la construcción de barreras físicas y mayores controles en los puntos de entrada. La inmigración se ha vuelto un tema central en esta elección, especialmente en distritos como Arizona y Texas, donde el impacto de esta política afecta a millones de ciudadanos.
El tablero internacional: Medio Oriente, Ucrania y la postura hacia China
Las posiciones de Harris y Trump también están en los extremos opuestos respecto a la política exterior. Harris apoya la continuidad de la ayuda militar a Ucrania y mantiene una postura moderada respecto a Israel, aunque no exenta de apoyo en defensa de su aliado histórico. Trump, en cambio, ha prometido detener la ayuda a Ucrania, buscando un fin rápido a las hostilidades con Rusia, y respalda sin ambigüedades las acciones de Israel, sosteniendo que debe «hacer lo necesario» para asegurar su seguridad.
China es otro punto de tensión. Mientras Trump propone una política más confrontativa y de contención económica directa, Harris sostiene una estrategia de alianzas y contención mediante organismos internacionales como la OTAN. La visión de Harris sugiere que la organización militar debería reforzar su presencia en el Este de Europa como medida de disuasión ante la influencia de Rusia, mientras que Trump considera que Estados Unidos debe reducir su participación y financiar menos a sus aliados en Europa.
La elección se define en siete estados clave: Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada. Cada uno de estos estados tiene un valor estratégico debido a su composición demográfica y a su peso en el sistema de colegio electoral. La alta polarización en estos distritos refleja la división profunda del electorado, y cualquier suceso puede inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.
El incidente de Trump en Pensilvania y su impacto en el electorado latino
Trump enfrenta una crisis en Pensilvania debido a las declaraciones del humorista Tony Hinchcliffe, quien durante un evento republicano en Nueva York hizo un comentario despectivo sobre Puerto Rico. Esta situación ha causado malestar en la comunidad portorriqueña, que representa una importante fracción del electorado en el estado. La campaña de Trump intenta reducir el impacto del incidente, mientras que Harris ha aprovechado el momento para reafirmar su apoyo a los derechos de la comunidad latina.
Harris también ha encontrado resistencia en Michigan, estado donde reside una de las comunidades árabes más grandes de EE.UU. La postura de la administración Biden a favor de Israel en el conflicto reciente con Hamas ha generado críticas dentro de este grupo, lo cual podría perjudicar las chances demócratas en este estado clave. Las encuestas muestran un margen ajustado, lo que indica que el voto de esta comunidad podría ser decisivo.
La primera mujer presidente o un presidente que rompe un maleficio
Si gana, Kamala Harris será la primera mujer en ocupar la presidencia de los Estados Unidos, un hecho que marcaría un hito histórico para el país. Por su parte, Donald Trump podría convertirse en el segundo presidente en la historia en regresar a la Casa Blanca tras una derrota electoral, igualando el récord de Grover Cleveland en 1893. Estos antecedentes agregan un elemento simbólico a una elección que, por sí misma, ya es extraordinaria.
Independientemente de quién gane, esta elección tendrá un impacto significativo en la política global. La posición de EE.UU. ante temas como el cambio climático, la regulación comercial y las alianzas militares como la OTAN podría cambiar drásticamente dependiendo del resultado. Los países aliados y las potencias rivales están atentos al desenlace de una elección que, más allá de definir el liderazgo estadounidense, configurará un nuevo orden geopolítico.
Expectativas en la recta final: una elección sin hora de cierre
Los últimos días de campaña han sido frenéticos, y la incertidumbre se mantiene alta hasta el último momento. Con el resultado aún incierto y la tensión en el aire, Estados Unidos y el mundo esperan con atención los primeros indicios de los resultados electorales. Esta noche, el destino de la potencia norteamericana podría comenzar a delinearse, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la historia política mundial.