Las iniciativas cuentan con el visto bueno de la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, y de la CGT, que en un acto realizado esta semana por el Día Internacional de los Trabajadores propuso discutir la reducción de la jornada de trabajo.
El oficialismo busca avanzar en el Congreso Nacional, antes de las elecciones de octubre, con un proyecto de consenso para reducir la jornada laboral que contemple textos presentados por legisladores de varios bloques, entre ellos del socialismo, que podrían confluir en una iniciativa para llevar de 48 a 40 o 36 horas la jornada de trabajo semanal, con lo que se busca mejorar la productividad de las empresas y generar más empleo.
Las iniciativas cuentan con el visto bueno de la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, y de la CGT, que en un acto realizado esta semana por el Día Internacional de los Trabajadores propuso discutir la reducción de la jornada de trabajo, «como medio de generar más empleo y distribuir mejor el beneficio extraordinario del capital».
«Apoyo la posibilidad de que se emita un despacho de consenso para que pueda aprobarse efectivamente esta iniciativa, que está alcanzando importantes niveles de acuerdo. Espero que se concrete un dictamen que pueda tener sanción legislativa», afirmó a Télam la ministra Olmos.
Sin embargo, el oficialismo buscará avanzar en acuerdos en las próximas semanas con bloques aliados y las bancadas del interior, para acercar posiciones con esos legisladores, ante el planteo opositor que ya adelantó que no está de acuerdo con la reducción de la jornada laboral, aunque no descarta la idea de discutir una reforma integral.
La paridad de fuerzas entre el oficialismo y la oposición obliga al Frente de Todos (FdT) a tejer acuerdos con otras bancadas, más aún en un año electoral, donde las campañas en las diferentes provincias hacen que la actividad parlamentaria merme y se vea afectado el funcionamiento de las comisiones.
En el Senado están para ser discutidas una serie de iniciativas del oficialista porteño Mariano Recalde, quien presentó esta semana varios proyectos vinculados con el régimen laboral argentino, entre los que se destaca uno que impulsa una reducción de la jornada de trabajo de 48 a 36 horas semanales con el objetivo de promover la semana de cuatro días.
En ese sentido, la propuesta busca reducir todos los máximos legales: régimen diurno, nocturno, trabajo insalubre y regímenes especiales.