Habrá un total de 11 preguntas referidas a políticas de seguridad, justicia, inversiones y empleo. Daniel Noboa se juega sus posibilidades de ser reelecto el año próximo.
Acosado por el narcotráfico y en medio de una grave crisis energética, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa se juega este domingo gran parte de su caudal político. A casi cinco meses de asumir el poder, el mandatario de Ecuador busca aprobar en una consulta popular un total de 11 preguntas para apuntalar su gestión en políticas que considera fundamentales para impulsar su gobierno en materia de seguridad, justicia, inversiones y empleo.
El Presidente no tiene mucho tiempo. Tras ser elegido el 20 de agosto pasado para completar el mandato del renunciante Guillermo Lasso, asumió el 23 de noviembre por el año y medio que restaba del período presidencial. En las elecciones previstas para el 9 febrero de 2025 podrá optar por una única reelección. Por ello, el resultado de esta consulta será clave para acumular poder político.
“Noboa pone en juego su reelección. Si gana quedará muy bien posicionado. Pero si pierde le caerá un cubo de hielo en la cabeza”, dijo a TN el exdirector de los diarios El Comercio y El Telégrafo Fernando Larenas.
Qué se vota este domingo en Ecuador
Ecuador vive bajo un estado de excepción decretado por Noboa en enero para combatir a las bandas del narcotráfico. Con más de 40 asesinatos por cada 100.000 habitantes y una ola de secuestros, extorsiones y ataques que incluyeron el asesinato del entonces candidato presidencial Fernando Villavicencio, el crimen organizado convirtió al país en uno de los más violentos de América Latina. El asalto transmitido en vivo de un canal de TV de Guayaquil fue la gota que rebalsó un vaso cargado de sangre.
El estado de emergencia le permitió sacar el ejército a las calles. Desde entonces, miles de personas fueron detenidas en retenes y operativos que miembros de la oposición juzgan similares a los polémicos métodos aplicados por El Salvador de Nayib Bukele. Algunos sospechosos fueron arrestados por portación de tatuajes característicos de los grupos narcos.
“Da miedo ver a los militares en las calles con ametralladoras, fusiles y granadas, pero su despliegue ha traído cierta calma y eso es positivo”, dijo Larenas.
Precisamente un bloque de preguntas claves del referéndum tienen que ver con este punto. Por ejemplo, si los ecuatorianos están de acuerdo en que las Fuerzas Armadas apoyen las funciones de la policía de seguridad interna para combatir el crimen organizado (sin necesidad de decretar un estado de excepción como el que rige hoy en el país por solo tres meses) y en que haya extradición de conciudadanos, actualmente prohibida por ley. Este último punto abriría la puerta al envío de jefes narcos solicitados en Estados Unidos.
Otras preguntas plantean la posibilidad de que las Fuerzas Armadas realicen controles de armas, municiones y explosivos de forma permanente en rutas y caminos, el aumento de penas para los delitos de terrorismo y su financiación, producción y tráfico de drogas, delincuencia organizada, asesinato, sicariato, trata de personas, secuestro extorsivo, tráfico de armas, lavado de activos y explotación ilegal de recursos mineros. También consulta sobre la eliminación de beneficios penitenciarios y la aprobación de expropiación exprés de bienes ilícitos.
Pero la consulta abarca además temas económicos. En ese sentido, se preguntará al electorado si está de acuerdo en que se reconozca el arbitraje internacional como método para solucionar controversias económicas y en una enmienda a la Constitución y reforma al Código de Trabajo para permitir los contratos a plazo y por horas, en una reforma laboral rechazada por la oposición y los sindicatos.
Crisis energética y corto plazo
Ecuador no solo está azotado hoy por la criminalidad organizada. El país quedó en el ojo del huracán tras el asalto a la embajada mexicana en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas a principios de este mes. La acción mereció un repudio generalizado en la región. También vive una grave crisis energética causada por la reducción de la energía hidroeléctrica debido a la sequía. En la última semana, hubo en el país cortes de entre 8 y 13 horas diarias.
La crisis llevó a Noboa a suspender jornadas laborales para ahorrar energía. Pero el mal humor popular viene en aumento por la falta de luz y desde el gobierno temen que esto repercuta en el resultado del referéndum.
“Esto indudablemente afecta el ánimo de la gente. Además, Ecuador es políticamente de muy corto plazo. En política todo es impredecible”, dijo Larenas.
Pero la oposición y organizaciones sociales salieron a cuestionar el referéndum. La influyente Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) afirmó que “el arbitraje internacional que propone la consulta popular es una amenaza directa a nuestra soberanía”. A su vez, el opositor movimiento de Revolución Ciudadana de Rafael Correa consideró que “la consulta es innecesaria e irresponsable frente al grave momento que vive el país”. Además, cuestionó el gasto que significa cuando a su juicio todas las reformas que se impulsan “perfectamente pueden ser procesadas en la Asamblea Nacional”. El correísmo dijo que Noboa solo busca aprovechar la consulta popular para su promoción electoral.
La consulta está servida. Más de 13,5 millones de ecuatorianos están habilitados para votar. Los resultados de cinco de las preguntas del referendo, que contienen reformas constitucionales, son vinculantes. Pero las otras seis serán tramitadas por la Asamblea Nacional, que debe debatir las propuestas del ejecutivo en un plazo no mayor de 60 días, y aprobar o rechazar las normas.
Desde el Palacio de Carondelet, Noboa mira hoy el referéndum como un trampolín para su eventual reelección el año próximo, pero la oposición está agazapada para asestarle un duro golpe de nocaut.