Son ocho los profesionales de la salud involucrados, entre ellos el neurocirujano Luque, y están acusados por “homicidio simple con dolo eventual”.
La Justicia de San Isidro elevó este miércoles a juicio oral la causa por la muerte de Diego Armando Maradona, dentro de la cual se encuentran acusados por “homicidio simple con dolo eventual” el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque y otros siete profesionales de la salud, un delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años.
Las autoridades consideraron que los profesionales como «garantes» de la condición médica del ex futbolista tuvieron la posibilidad de «revertir» su cuadro cardíaco y no lo hicieron. Por este motivo, el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Abel Díaz dispuso dentro de una resolución que la causa sea remitida a sorteo para que un Tribunal Oral en lo Criminal de ese departamento judicial juzgue por la muerte del astro del fútbol a los ocho acusados.
Los profesionales incluídos en la causa son: el neurocirujano Leopoldo Luque (40); la psiquiatra Agustina Cosachov (36); el psicólogo Carlos Ángel «Charly» Díaz (30); la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Edith Forlini (53); el coordinador de enfermeros Mariano Ariel Perroni (41), los enfermeros Ricardo Omar Almirón (39) y Dahiana Gisela Madrid (37); y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna (49).
Dentro de la resolución el magistrado menciona que hubo en los acusados una “ausencia de interposición de acción salvadora alguna que pudiera evitar el deceso” y una “aceptación interna de los encausados del eventual acaecimiento del resultado finalmente producido”.
Además, el juez sostuvo que los coimputados tenían “la posición de garante” sobre la salud de Maradona y que desde “el rol que detentaban, tenían la posibilidad física cierta de revertir el proceso cardíaco que se desarrollaba” y que terminó con la vida del astro del fútbol mundial.
A su vez, dentro del fallo Díaz rechazó una serie de cinco nulidades y planteos de sobreseimiento de las defensas. En el caso puntual de Luque, también lo elevó a juicio por el delito de “uso de documento privado falso”, porque le imputan haber utilizado una firma falsificada de Maradona para pedir una historia clínica; y a Cosachov por “falsedad ideológica”, ya que se la acusa de haber confeccionado un certificado de aptitud mental de Diego sin ir a visitarlo.
Diego Armando Maradona, astro mundial, mejor jugador del mundo y figura representativa máxima de Argentina, murió a los 60 años de un edema pulmonar y una falla cardíaca el 25 de noviembre de 2020, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre. Allí transitaba una internación domiciliaria por su adicción al alcohol, luego de haber sido sometido a una neurocirugía. La cual fue catalogada de «indignante», por los investigadores.
Para los instructores judiciales, los imputados «fueron protagonistas de una internación domiciliaria sin precedentes, plenamente deficiente y temeraria»; y cometieron un «conjunto de improvisaciones; desmanejos y falencias».
Una de las claves de la acusación fueron las conclusiones a las que arribó la junta médica de peritos que durante dos meses analizó las circunstancias de la muerte de Maradona.
Diecisiete de los veintidos peritos concluyeron que Maradona era un paciente con pluripatologías que agonizó 12 horas antes de morir, que «no estaba en pleno uso de sus facultades mentales» y que pudo haber tenido «más chances de sobrevida» si hubiera estado en una clínica.
«El equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando ‘a la suerte’ el estado de salud del paciente», expresaron los peritos.
La autopsia estableció que murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
Fuente: FiloNews