Una celebración religiosa y cultural de 430 años, y que hoy cobra especial trascendencia en la confraternidad entre el pueblo y sus gobernantes.
Sancionada al promediar el 135º Período Legislativo del 2020, y por ley 10.351, el Gobierno de la Provincia instituyó al 15 de abril como “Día del Tinkunaco Riojano”, habida cuenta de los hechos históricos que le precedieron durante el proceso de colonización y fundación de la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja.
De esa manera se incorporó en el Calendario Oficial de Efemérides Provinciales Escolares como fecha de conmemoración.
El nombre Tinkunaco, que en la lengua quichua significa “encuentro”, se le asigna recién a principios del siglo XX durante el obispado de monseñor Enrique Angelelli, quien popularizó esta ceremonia, dotándola de nuevos sentidos para los riojanos.
Tan curiosa como particular, esta ceremonia religiosa que luego incluiría símbolos de la cultura originaria como parte de una celebración católica, tiene su origen en las Pascuas de 1593, entre los conquistadores españoles y los diaguitas que habitaban La Rioja por intercesión de Francisco Solano Sánchez, y medio siglo más tarde de aquel episodio, fueron los jesuitas quienes retomaron esta historia como parte de su práctica evangelizadora que dieron su origen.
Alzamiento del pueblo originario
Durante el proceso fundacional de la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja, en 1591, el pueblo diaguita fue despojado de sus libertades y convertidos en mano de obra esclava cuando el conquistador español Juan Ramírez de Velasco fundó la ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja el 20 de mayo de 1591. Los conquistadores, además, buscaron eliminar la cultura diaguita y su sistema organización política, por tal motivo impusieron nuevas autoridades y edificaron un fuerte en el territorio diaguita.
Los indígenas resistieron durante dos años hasta que el jueves santo de 1593, decidieron levantarse y atacar la ciudad, y fue Francisco Solano Sánchez quien logro deponer el alzamiento predicando a todos en una lengua única. La única fuente histórica documental existente, es el relato de Manuel Núñez de Almeida, escribiente de la colonia, quien relató que gracias a las palabras del fray que con su violín y breviario logró sellar un pacto de paz que culminó con el bautismo de nueve mil indígenas.
La celebración del Tinkunaco se inicia al mediodía del 31 de diciembre, coincidentemente con la fecha en que tradicionalmente los españoles en América realizaban el cambio de autoridades.
Una escultura de piedra
La obra construida por el escultor Mario Aciar, en 1993, se encuentra emplazada frente al portal de Las Padercitas, sobre avenida San Francisco. Dos grandes piedras con petroglifos y estelas narrativas simbolizan la fusión de las dos culturas representadas en la piedra hacia el Este que simboliza a España, y a la América India hacia el Oeste.
Entre ambas hay un espacio común y apretado, que no impide la unión definitiva en la parte superior del Monumento, expresada en una espiral de cerámica que remata el discurso de valor incontrastable; en todas sus caras se hallan pensamientos de escritores, poetas y personajes célebres, grabados en piedra e inscripto al revés.
Así se transforma en una formula críptica, que despierta no sólo curiosidad sino sumo interés. “Que el Encuentro sea todos los días del Año”.
Monseñor Angelelli reflexionaba en su mensaje al pueblo riojano, durante las Fiestas de San Nicolás el 1 de enero de 1973, entre tantas frases que hicieron eco en su comunidad peregrina.
A 50 años cobra aún mayor trascendencia su palabra, mientras declaraba que el pueblo riojano se unía coincidentemente a la Jornada Mundial por la Paz, mientras su santidad Juan Pablo VI lo instituía en el mundo creyente, tan necesario hoy aunque haya pasado medio siglo.
“La paz es posible, si verdaderamente la queremos; y si es posible, es un deber y una tarea para construirla todos los días”, clamaba el por entonces Obispo de la Diócesis de La Rioja entre 1968-1976.
“Lo guardamos como un tesoro de la tradición al Encuentro de San Nicolás y el Niño Alcalde. No podemos comprender nuestra historia riojana ni la vida cultural y religiosa de nuestro pueblo, si no lo miramos desde el Encuentro, en el entendemos el alma riojana, sus aspiraciones, sus alegrías y sus frustraciones”.
Refiriéndose al Tinkunaco propiamente, monseñor decía que “en cada Encuentro nos manifestamos como somos, lo que hemos logrado como pueblo y lo que aún nos falta. El canto lleno de esperanza y a la vez dolorido en la Caja del Inca, es un grito que cada año se repite, para que tomemos conciencia mayor, de que aún a nuestro pueblo riojano nos falta caminar mucho para lograr el verdadero “encuentro” de todos”.
Sin embargo, “el Tinkunaco es un grito de esperanza para celebrar la Vida todos juntos, de sentirnos, aún, necesitados de mayor fraternidad, de mayor justicia, de mayor igualdad como hijos de un mismo Padre.
Actividades
Las actividades conmemorativas se iniciaron ayer en la Iglesia de San Francisco de Asís, organizados por la comunidad franciscana. Mañana se producirá el retorno de las sagradas imágenes.
Anoche a las 20, el padre Jorge Lezcano celebró la misa en la Iglesia de San Francisco, y desde las 21, se ofreció una retreta en la explanada del templo.
La celebración de hoy se inició a la medianoche, con campanadas al aire por el aniversario, en tanto que a las 9, se inicia el traslado de las sagradas imágenes de San Francisco Solano y el Niño Jesús Alcalde hacia el templo de Las Padercitas.
En la continuidad de los actos, a las 10:30 en el templo quebradeño se oficiará la misa en conmemoración del milagro de San Francisco Solano, en tanto que por la tarde, a las 19:30 se ofrecerá un acto cultural.
Para mañana domingo 16, a las 10:30 se celebrará la misa en el templo de Las Padercitas, tras lo cual se iniciará el retorno de las sagradas imágenes de San Francisco Solano y del Niño Alcalde hacia el centro de la ciudad.