El gobierno nacional y figuras del oficialismo y los partidos aliados cuestionaron el paro general de la CGT, al tiempo que lo catalogaron como un «fracaso» y pusieron en duda su nivel de acatamiento.
El primero en expresarse en contra del paro fue el presidente Javier Milei, que anoche cuando estaba empezando la medida publicó en su cuenta de X: «Yo no paro».
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, reclamó: «Que se dejen de joder y vayan a trabajar”.
“La idea es que la gente tenga la libertad para trabajar y que ningún mafioso la pueda interrumpir”, señaló la funcionaria, que dijo que las fuerzas federales iban a estar a disposición en caso que hubiera cortes o bloqueos de calles.
Bullrich fue protagonista de un episodio que se viralizó durante la jornada en redes sociales, ya que intentó viajar en colectivo y como no tenía SUBE, una persona le prestó una pero no tenía saldo para pagar el pasaje.
«No tiene saldo, viejo, sos unos caradura», indicó Bullrich en tono de broma al ver la leyenda «Saldo insuficiente».
El vocero presidencial Manuel Adorni calificó en su habitual conferencia de prensa el paro nacional como «un atentado contra el bolsillo y contra la voluntad de la gente».
Adorni expresó que la medida de fuerza es impulsada por «personajes que cercenaron el progreso de los argentinos durante los últimos 25 años», en referencia a las líderes sindicales de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de los gremios que se plegaron a la huelga.
«Este es un paro que daña y le complica la vida a muchísima gente», dijo el portavoz del presidente Javier Milei en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
«Es un paro absolutamente inentendible», convocado por motivaciones políticas y llevado adelante sobre la base de «piedrazos, extorsión y amenazas», agregó. «Eso no es un paro», remarcó el vocero.
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tildó de «profetas de la decadencia» que «solo ponen palos en la rueda» a los líderes gremiales que impulsaron el paro.
«Millones de argentinos laburantes hoy pierden su día de trabajo, el presentismo, las horas extras, las changas. El kioskero que abre y no va a vender, el abuelo que tiene que ir al médico pero no puede salir de su casa, la obra que se frena porque algún albañil no tiene cómo llegar, el comercio que levanta sus persianas y abre igual, a pesar de que sabe que es un día en que le va a ir mal», expresó Macri.
A su entender, «hay un cambio de época en la Argentina: es la resistencia de todos lo que hoy no paramos porque para nosotros la esperanza de un país mejor está primero. Y eso se logra laburando y con esfuerzo».
El jefe del bloque de diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo, en tanto, también evaluó que fue «un fracaso» el paro nacional al que convocaron la Confederación General del
Trabajo (CGT) y otras entidades sindicales.
Ritondo dijo que los líderes gremiales que impulsaron la medida de fuerza «fueron cómplices» del «peor gobierno de la historia», en referencia a la gestión que encabezó Alberto Fernández hasta el
10 de diciembre pasado.
«Acompañaron al peor gobierno de la historia y acompañaron a su candidato (Sergio Massa) en todas las elecciones», insistió el legislador, al salir de una reunión en la Casa de Gobierno liderada por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
NA