Damian Zopatti, médico clínico del Hospital de Clínicas de la UBA recordó que se recomienda consumir a lo largo del día al menos dos litros u ocho vasos de agua potable para que el cuerpo funcione correctamente.
Especialistas del Hospital de Clínicas advirtieron sobre el impacto del calor sobre la salud y la necesidad de ingerir agua para prevenir la deshidratación, a la que son especialmente vulnerables los niños y adultos mayores.
Damian Zopatti, médico clínico del Hospital de Clínicas de la UBA, explicó que «para que el cuerpo funcione correctamente, se debe reponer la pérdida de líquidos» que tiene lugar a través de la transpiración, una respuesta corporal que aumenta con las altas temperaturas.
«Al permanecer en un medio ambiente con temperaturas elevadas y sobre todo por tiempo prolongado (días sucesivos de alta temperatura) el cuerpo tiende a hacerse similar con el entorno pudiendo elevar su temperatura interna si no se adoptan medidas preventivas. El principal mecanismo de adaptación al calor es la sudoración lo cual trae como consecuencia pérdida de líquidos», comentó Zopatti.
El médico recordó que se recomienda consumir a lo largo del día al menos dos litros u ocho vasos de agua potable.
«Tenemos que tener especial atención en la hidratación de bebés y niños, como así también de los adultos mayores y las personas más vulnerables como, por ejemplo, los residentes de geriátricos y las personas con alguna dificultad para la comunicación, ya sea por enfermedades neurológicas o psiquiátricas, que no puedan expresar la sed o alejarse del ambiente caliente por sus propios medios», dijo Zopatti.
Para quienes no tienen el hábito de tomar agua y les cuesta completar diariamente las cantidades indicadas, la recomendación es elegir determinados momentos del día para que funcionen como recordatorio: al levantarse, al llegar al trabajo, en el almuerzo o la cena, al llegar a casa y antes de dormir, entre otros. Además, explicaron desde el Clínicas, funciona llevar siempre una botella cargada con agua.
«El agua representa el 70% del peso de nuestro cuerpo y es un componente esencial, ya que colabora en las funciones de todo el organismo: transporta nutrientes y oxígeno a sus células, regula la temperatura corporal, participa en la eliminación de sustancias tóxicas, colabora en regularizar el tránsito intestinal, entre otras actividades» sostiene el clínico.
No hay que olvidar hidratarse al exponerse a altas temperaturas como también antes, durante y después de realizar ejercicio físico, ya que cuando el cuerpo se moviliza, se pierde más agua independientemente de la intensidad de la actividad.
Existe una gran variedad de bebidas: agua, infusiones (como té, café, mate), jugos de fruta, lácteos, gaseosas, entre otros. El agua es el hidratante por excelencia; el más sano y más natural.
Al momento de ingerir líquidos es preferible optar por agua y en caso de ingerir jugos o gaseosas, optar por los que no contienen azúcar ni alcohol, ya que éstos pueden generar más calor corporal y ser contraproducentes.