«¿En serio me están diciendo es un asesino serial? No tiene ni cara de narcotraficante. Están tapando a los verdaderos», sostuvo. También criticó la represión: «Patricia Bullrich manda a pegarle a jubilados y ¿no va a mandar a pegarle a las madres?».
Sabrina, madre de Morena, una de las víctimas del atroz triple femicidio de Florencio Varela que conmociona al país, dio detalles sobre la represión que sufrió en una marcha por las jóvenes y aseguró que los detenidos «son perejiles». «Ese Pequeño J no tiene ni cara de narcotraficante», subrayó.
La mujer habló este domingo con Néstor Dib y Paula Avellaneda en Argentina en Vivo, por C5N, donde repasó el accionar del periodista Roberto Funes Ugarte. «Me contaron que dijo que ‘eso le pasó por puta’. Sos una persona que siempre luchás por los derechos de los gay y decís eso, o sea, no está bien de la cabeza», comentó.
«Le hicieron un vallado hasta que gente que estaba en la marcha, que son homosexuales, lo empujaron. Mis hijos, mi nuera, mi hija aparecen haciéndole un cordón para proteger a ese señor. No sabían lo que había pasado, porque si yo llego a saber…», agregó. Fue en ese marco donde recibió golpes de parte de la Policía. «Sacaron los palos y encima nos mandaron la motorizada», expresó.
En cuanto a las detenciones, que ya suman a seis personas, planteó: «No les creo nada. Esa persona no tiene cara ni de narcotraficante. Es una cargada. ¿Ustedes en serio me están diciendo que esa persona es un narcotraficante, asesino serial? Están tapando las verdaderas caras».
«Se metieron con la familia equivocada, porque somos personas bien, que no nos van a callar así nomás. Y no tenemos problema que investiguen en nuestra familia. Cero problema, el que nada debe nada teme. De última me van a hacer desaparecer a mí, a mi hermano, a los que gritemos. Pero vamos a seguir gritando, no nos van a callar», advirtió.
«Hicieron atrocidades con tres nenas. Nosotros pedimos justicia por las tres y que vayan hasta el fondo de lo que tienen que ir. Encima vas a reclamar y te reprimen. Pedís solución y no hay. A mi hija la reconoció mi cuñada por un tatuaje», cuestionó.
«Yo sé que lo más aberrante era lo de mi hija porque se confundieron de persona, con las vísceras afuera. No me interesa, yo quiero mantener la carita de ella bailando, jugando con sus viniendo con sus amigas a bailar a casa, cómo bailaban en el comedor entre tres o cuatro. Pero yo voy a ir hasta lo último, no me interesa. Y los quiero con las tripas afuera como estuvo mi hija. No puede ser que venga gente afuera a hacer esto en nuestras caras y nadie haga nada», expresó Sabrina.
