En una noche memorable en México, el ídolo de Boca Juniors fue reconocido por su legado en el fútbol mundial.
Juan Román Riquelme En una noche memorable en México, el ídolo de Boca Juniors fue reconocido por su legado en el fútbol mundial.
Juan Román Riquelme, uno de los más grandes ídolos de Boca Juniors, fue honrado con su ingreso al Salón de la Fama del Fútbol Internacional. El evento, que se celebró en el Teatro del Bicentenario de León, México, reunió a leyendas del deporte, pero fue Riquelme quien capturó la atención de todos con un discurso lleno de emoción.
«Para mí es maravilloso estar acá. Son momentos muy lindos que uno no va a olvidar nunca», comenzó Román, visiblemente conmovido, al recibir el reconocimiento. «Nunca pensé que iba a ser tan lindo. De chico solo soñaba con ser futbolista, comprarle una casa a mi mamá. No imaginé que el fútbol me llevaría tan lejos, que me reconocerían en otro país. Esto es demasiado, solo puedo decir gracias», expresó el exjugador de Boca, con la voz entrecortada.
Riquelme, quien debutó profesionalmente el 10 de noviembre de 1996 con la camiseta del Xeneize, recordó ese momento como el inicio de la «película más linda» de su vida. “Pensé que jugar al fútbol era solo patear la pelota, disfrutar, correr, gritar un gol, dar un pase… pero pronto me di cuenta de que era mucho más. Era pasión, sacrificio y amor por los colores que uno defiende”, reflexionó.
El exfutbolista, que se convirtió en el décimo argentino en ingresar al Salón de la Fama, compartió escenario con otras figuras destacadas del fútbol mundial como Andrea Pirlo, David Beckham, Diego Simeone e Iván Zamorano. Sin embargo, fue el reconocimiento a Riquelme el que resonó más fuerte, reafirmando su lugar en la historia del fútbol global.
Riquelme también tuvo palabras para los jóvenes que sueñan con alcanzar lo que él logró. «A los chicos les digo que sigan sus sueños, que trabajen duro y nunca se olviden de sus raíces. El fútbol es un juego, y como tal, hay que disfrutarlo, pero también hay que ser responsable y entender que cada partido es una oportunidad para aprender y mejorar», aconsejó.
El mensaje de Riquelme no solo se dirigió a los presentes, sino también a los hinchas de Boca y a los argentinos: «Les mando un beso muy grande a los argentinos y a los hinchas de Boca. Los quiero mucho. Hoy estoy disfrutando», afirmó antes de ingresar al evento.
La ceremonia en el Teatro del Bicentenario no solo fue un reconocimiento a su carrera, sino también un reflejo de la admiración y respeto que Román ha ganado a lo largo de los años. Con su ingreso al Salón de la Fama, Riquelme consolida su legado como uno de los más grandes exponentes del fútbol argentino y mundial.