Los dueños del mayor banco privado del país y del hemisferio sur, Itaú, y la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, entre otras entidades, le quitaron el apoyo al mandatario de ultraderecha.
Más de 3100 juristas, banqueros, empresarios, artistas e intelectuales adhirieron a un manifiesto en defensa de la democracia y por el respeto al resultado de las urnas, las cuales son cuestionadas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien este año aspira a la reelección. El texto, promovido por la Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo, la más prestigiosa de Brasil, fue divulgado en medio de la creciente tensión política que se vive en Brasil cuando faltan poco más de dos meses para las elecciones presidenciales del próximo dos de octubre y con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva liderando todas las encuestas.
Entre los firmantes del petitorio se encuentran los dueños del mayor banco privado del país y del hemisferio sur, Itaú, y la estratégica Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), entidades que apoyaron los movimientos para derrocar a Dilma Rousseff en 2016 y avalaron el programa económico de Paulo Guedes, el ministro de Economía de Bolsonaro.
«Inmenso peligro para la democracia»
El manifiesto llamado «Carta a las brasileñas y a los brasileños en defensa del estado democrático de derecho» advierte que el país, «en vez de una fiesta cívica», enfrenta «un momento de inmenso peligro para la normalidad democrática, riesgo para las instituciones de la República e insinuaciones de desacato al resultado de las elecciones presidenciales». Sin citar directamente a Bolsonaro, el documento hace una referencia velada al líder de la ultraderecha brasileña, quien puso en duda en reiteradas oportunidades la fiabilidad de las urnas electrónicas, pese a que no existen evidencias de fraude desde su implantación hace casi dos décadas.
Bolsonaro llegó a reunir recientemente a embajadores de unos 40 países para presentarles las supuestas «fallas» del sistema electoral brasileño. «Ataques infundados y sin pruebas cuestionan la credibilidad del proceso electoral y el estado democrático de derecho tan duramente conquistado por la sociedad brasileña», subraya el escrito.
«Son intolerables las amenazas a los demás poderes y sectores de la sociedad civil», así como «la incitación a la violencia y la ruptura de orden constitucional», en una nueva alusión a Bolsonaro, líder de una extrema derecha que mantiene una campaña de descrédito contra las instituciones. El texto, que será lanzado oficialmente el próximo 11 de agosto en un acto en San Pablo, remarca que en el Brasil actual «no hay más espacio para retrocesos autoritarios» y que la «dictadura y la tortura pertenecen al pasado».
Entre los firmantes de este manifiesto se encuentran pesos pesados del mundo financiero y empresarial como Roberto Setubal, Pedro Moreira Salles, y Candido Bracher del banco Itaú; Fabio Barbosa, de la multinacional de la cosmética Natura; Walter Schalka, de la celulosa Suzano; Eduardo Vassimon, de la cementera multinacional Votorantim; aunque el ejemplo más importante del abandono del proyecto de reelección de Bolsonaro lo dio la Fiesp, la corporación empresaria más importante de América latina.
Lula tiene más apoyo entre los jóvenes
El presidente brasileño de extrema derecha corre desde atrás en las encuestas frente a Lula. El exmandatario y líder de izquierda tiene el apoyo del 51 por ciento de los jóvenes de cara a las elecciones de octubre próximo, frente al 20 por ciento que respalda al mandatario Jair Bolsonaro, según un sondeo realizado por el instituto Datafolha, que se centró en los votantes de entre 16 y 29 años.
Esa franja etaria representa cerca del 45 por ciento del padrón nacional, según datos del Instituto Brasileño de Pesquisa y Estadísticas (Ibge). El sondeo se limitó a las doce mayores ciudades del país, pero de acuerdo a Datafolha refleja el panorama nacional y es ampliamente favorable a Lula.
Bolsonaro, quien parece consciente del rechazo que genera entre los jóvenes, repitió en las últimas semanas que «quien hasta los 30 años no ha sido de izquierda, no tiene corazón, pero si después de los 30 años sigue siendo de izquierda, no tiene cerebro». Lula, por el contrario, enfoca buena parte de su campaña en la juventud, que ocupa algunos capítulos del borrador de programa de gobierno que presentará al electorado.
Fuente: Página 12