Rosh Hashaná marca el inicio de un nuevo año y una oportunidad para comenzar de nuevo. Es un momento para dejar atrás el pasado, arrepentirse de los errores y hacer buenas resoluciones para el futuro.
Rosh Hashaná, que significa «Cabeza del Año», es una festividad judía que conmemora el Año Nuevo judío y sigue un calendario lunar. Debido a la diferencia entre el año lunar y el solar, las fechas de las festividades judías, como Rosh Hashaná, varían cada año en el calendario gregoriano (el que utilizamos comúnmente). El año nuevo judío recuerda el aniversario de la creación de Adán y Eva.
Este 2024, con Rosh Hashaná, el año nuevo judío, se da inicio al año 5785, según el calendario hebreo. En esta oportunidad comienza oficialmente al atardecer del 2 de octubre, con la aparición de la primera estrella. Las celebraciones se extienden durante los dos primeros días del mes tishrei: hasta el 4 de octubre.
La celebración del año nuevo comienza con el sonido del shofar, un instrumento antiguo fabricado a partir del cuerno de un carnero, que llama a la reflexión, al autoanálisis y el arrepentimiento.
Qué significa Rosh Hashaná
El año nuevo judío conmemora la culminación de la creación del universo y la aceptación de la soberanía de Dios sobre el mundo. El pueblo judío festeja de este modo el aniversario de la creación de Adán y Eva. Son días para hacer un balance espiritual.
El sonido del shofar representa la liberación del sometimiento del pasado, dando esperanzas para comenzar una nueva vida en el año que comienza. Tras sonar el cuerno, conforme a la tradición, se encienden velas las dos noches de celebración y hay comidas festivas.
En el plano gastronómico, las familias tienen un menú especial para celebrar el año nuevo. En el séder, la cena, se acostumbra a mojar una rodaja de manzana en miel y decir una bendición. La manzana simboliza el año nuevo y la miel representa la esperanza de un año dulce, dejando atrás todo lo amargo.
Una de las tradiciones más conocidas es mojar una rodaja de manzana en miel y decir una bendición. La manzana simboliza el año nuevo y la miel representa la esperanza de un año dulce.
Algunos platos se mantienen desde tiempos inmemoriales al pasar su tradición a través de las generaciones, mientras que otros más modernos se van imponiendo como nuevas maneras de celebrar su fe. Como nexo común se pueden encontrar ingredientes clave que poseen una fuerte carga simbólica.
La jalá, el tradicional pan trenzado judío, es otro producto típico que no suele faltar. Entre los ingredientes tradicionales se pueden encontrar verduras y hierbas amargas, encurtidos, carne de pescado o de pollo, huevo cocido o mezclas de frutos secos. Destacan la remolacha, espinacas, zanahorias, cebollas y calabaza.
El pescado blanco representa la fertilidad, prosperidad y liderazgo en la familia, por lo que es una de las carnes más utilizadas durante esta celebración, acompañada de las verduras típicas. El gelfilte fish es el plato más tradicional.
Es básicamente pescado molido (que puede ser una mezcla de dos o más especies) con cebolla, zanahoria, perejil, sal y pimienta, que se suele cocinar horneado en forma de bastón o hervido en forma de albóndigas.
También se comen varenikes, pastas rellenas con puré de papas y cebolla, y knishes, masas de harina y puré de papas que se pueden rellenar con cebolla.
En cuanto al postre, se sirve el leicaj, un dulce a base de miel que combina huevo, azúcar, canela, té y aceite. Es esponjoso y de forma circular, como una especie de bizcochuelo, y representa a la perfección el deseo de un año dulce y próspero al comenzar el nuevo ciclo al que da apertura el Rosh Hashaná.
Rosh Hashaná marca el inicio de un nuevo año y una oportunidad para comenzar de nuevo. Es un momento para dejar atrás el pasado, arrepentirse de los errores y hacer buenas resoluciones para el futuro.
Esta festividad también es un momento para fortalecer los lazos familiares y comunitarios. Las reuniones familiares y las visitas a la sinagoga son parte esencial de la celebración.