La legisladora porteña del Frente de Todos Ofelia Fernández presentó este lunes un proyecto para modificar el sistema de los comedores escolares de los establecimientos públicos, al asegurar que los alimentos que reciben las y los estudiantes «intoxican y son de pésima calidad», y denunció «un negocio que condena al hambre a quienes capaz en la escuela hacen su única comida del día».
La iniciativa lleva el nombre de «Ley integral del derecho a la alimentación adecuada en las instituciones educativas», está acompañada por el legislador Matías Barroetaveña y busca «transformar el funcionamiento de los comedores y viandas en jardines, primarias y secundarias de CABA».
«En los comedores de las primarias, muchos no quieren comer porque la comida es fea y todos los años hay niños que terminan en el hospital por intoxicación, mientras que en la secundaria dan, todos los días, sándwiches de paleta y queso. Ni fingen interés por una buena nutrición», aseguró la legisladora en un video publicado en sus redes sociales.
Allí, dijo que «hay pibes que en la escuela tienen la única comida del día», en tanto que señaló que el Gobierno porteño «en vez de garantizarle una comida rica y sana, los obligan a comer con asco o a correr el riesgo de terminar internados».
La legisladora precisó que el gasto «del desayuno de cada pibe, por unas galletitas de agua y una chocolatada berreta, es de $37», al tiempo que afirmó que el monto asciende a $710 «en cada funcionario de la Secretaría de Transformación Cultural, con tostadas de pan integral, mermelada, queso crema, jugo exprimido, cafés y varios tipos de tés».
«No vine solo a quejarme, presenté un proyecto para reformar entero el sistema de alimentación escolar», indicó y adelantó que entre los ejes de su propuesta están la universalización y gratuidad de la asistencia alimentaria escolar y la prohibición que las empresas que fueron multadas por un mal servicio puedan proveer alimentos.
También que las frutas y verduras estén producidas por cooperativas agroecológicas y que se incentive la compra de alimentos a pymes, así como la creación de una comisión interdisciplinaria integrada por nutricionistas y actores de la comunidad educativa que controlen los menús y la implementación.
«Creo que no debería ser mucho pedir que ningún pibe se intoxique comiendo en la escuela. Defendamos la mejor infancia posible, las mejores escuelas y un estado sensible», sentenció la legisladora.
Por su parte, Barroetaveña dijo que «la gestión de los comedores escolares de la Ciudad es calamitosa y requiere una urgente revisión».
«Son más de 12.600 millones de pesos que año a año se destinan a unas pocas concesionarias para la provisión de un servicio ineficiente, plagado de denuncias por desmanejos y hasta casos de intoxicación masiva», agregó.
Fuente: Télam